Nunca en mi vida desee algo mas que solo paz y tranquilidad, soy solo una chica de 22 años quiere triunfar en la vida. Amo el baile, es mi total pasión igual que el canto. Desde niña supe ese era mi talento y quería compartirlo con mundo, aunque mi familia no es de muchos recursos, mis tíos me han dado lo mejor que pudieron ante la ausencia de mi madre. Me dedique a mis estudios y a superarme a mi misma hasta que la crisis golpeo nuestras puertas, buscando ayudar y progresar decidí buscar empleo como bailarina en uno de los lugares más icónicos de la ciudad que nunca duerme... Bourlesque... un bar de en donde nacen las mejores estrellas de baile, uno donde puedes poner a prueba tus talentos y brillar si la famosa Karen Roux pone sus ojos en ti. Cuando entre, nada era lo esperaba y mucho menos me imaginaba no solo ella pondría sus ojos en mí, sino también el increíble pero temible magnate de la abogacía Vernon Segal.
Ler mais"Ven, déjame verte, déjame conocerte, déjame aspirar a poseerte y tenerte para mí"
[***]
— ¡Vanessa es hora de levantarte! — escucho la voz de mi tía golpeando la puerta de mi habitación, reviso mi reloj y me doy cuenta de que apenas son las 6 am... entro a las 9 a la escuela.
— ¡Voy tía Susan! — le grito desde las cómodas sabanas de mi cama.
— Hija tienes que llegar a la universidad ¡Vamos solo este semestre y ya preciosa! — amo a esa mujer, es literalmente mi madre postiza, ella es inigualable y sin duda alguna ha cumplido con un papel que no le corresponde, pero lo hace de corazón.
— ¡Si madre de mi corazón! — me levanto ante la insistencia de mi tía, a veces le digo mama otras tía Susan, no le molesta pues sabe que en algún lugar del mundo mi madre biológica esta dando una gran vuelta.
Muchos me dicen o mas bien me preguntan si no extraño a mi mama o si no me duele su ausencia, y como siempre respondo un rotundo ¡No! Mi tía Susan y mi tío Abraham han hecho ese papel que ella no hizo, me han dado esa calidez que ella se ha perdido. Mi madre biológica la cual se llama como yo... Vanessa... es hermana de mi tío y de mi padre... sinceramente no tengo idea ni nada de información así que, deje de quebrarme el coco pensando en eso.
Mi tío es retirado de la milicia y aunque tiene una buena pensión, esa no cubre los gastos médicos ya que antes de jubilarse tuvo unos conflictos un poco extraños que aun no comprendo y esto causo que su dinero para el retiro se viera afectado.
Me arreglo para ir a la universidad pues estoy en el último año de la carrera de Ingeniería en Informática, si señores soy toda una cerebrito, pero tengo lo mío. Digamos que estoy entre la belleza promedio pues soy algo delgada, aunque me falten pechos y retaguardia, ojos verdeazulados, cortesía de mi madre y piel trigueña como, según dice mi tío, mi padre. Mi tamaño no es ni muy alto ni muy bajo, pero si mido alrededor de 1.75cm... ¡Si puedo ser modelo!
Bajo las escaleras y ahí encuentro a mi tía desayunando junto con mi amado hermano-primo, Roger, quien tiene 20 años está en su plena juventud, desafortunadamente tiene una condición rara en su corazón que parece de un viejo de casi 85, mi tía lucha cada día por buscar un corazón compatible, pero, la lista es larga y solo nos queda poco tiempo.
— ¡Hola enano! — le hablo mientras él está mega entretenido en esa consola que mi tío le regalo.
— No me llames enano... eres molesta — bufa sin despegar la vista de ese maldito aparato.
— Respete a su hermana, ella esta estudiando para darle un mejor futuro y ayudar en esta familia — mi amada tía me defiende y el solo me saca la lengua.
— ¿Cómo va la tesis hija? — me pregunta mi tío quien siempre tiene esa calidez en su voz, esa que me hace sentir su amor por completo.
— Solo un poco mas y la termino tío, sinceramente no se por que escogí hacerle ese sistema a Salma, pero la empresa de sus padre me pagará bien si lo hago y además será beneficioso para nosotros tío.
— No te mates tanto tampoco, lo importante es que salgas de esa universidad con los mejores honores del mundo — me abraza dejando un cálido beso en mi frente, no me puedo quejar pues tengo la familia que deseo.
Sali de mi casa corriendo a la universidad, como ya era mi ultimo semestre tenia pocas clases entre ellas canto y baile... mis mayores talentos y hobbies, para después correr a mis dos trabajos de medio tiempo. Mi tía Susan vende comida a parte pues ella es mitad mexicana así que le saco provecho a su origen.
— ¡Vane aquí! — escucho la voz de Salma quien me llama desde la entrada de la universidad, ella estudia diseño de interiores pues la empresa de sus padres es una constructora pequeña. Su padre es el arquitecto y su madre la decoradora, se llevan de la mano y parece que quieren a sus dos hijos como los sucesores pues su hermano Alan estudia arquitectura.
— Salma ¿Cómo estas amiga? — corro a abrazarla, esta mujer es una morenaza hermosa.
— ¿Lista para los exámenes? — pregunta mostrando sus perfectos dientes que contrastan hermosamente con su piel morena.
— Ni que lo digas, el profesor de calculo no deja de decirme que me pasa si salgo con el — me quejo en su oído.
— Pero si es un papucho y además tiene solo 3 años más que tu — su mirada picara me hace reír, pero niego con la cabeza.
— No amiga eso jamás, pasare dignamente si no que me repruebe. — respondo con firmeza.
— ¡Esa es mi amiga! — me abraza y ambas entramos a nuestras clases.
Durante el día todo pareció fluir como debería de ser hasta que me tope con el profesor de cálculo, si no negare que es muy atractivo, pero no me gusta que me empujen a realizar algo en contra del código penal solo por una calificación.
— ¿Por qué huyes de mí? — pregunta bloqueando mi camino justo en el pasillo donde casi no hay nadie, pero este es el camino a mi clase de canto o más bien taller.
— No huyo profesor solo no me gusta lidiar con personas chantajistas — lo encaro cruzando mis brazos, paso de largo pues no quiero más conversación con él.
— Oye Vanessa solo quiero una cita contigo, ¿Qué tiene eso de malo? Me gustas es la realidad...
— Pero usted a mí no y más cuando me amenazó con reprobarme si no aceptaba su salida Profesor Derek Olsen — me voltee cuando tomo mi brazo y me detuvo — no me gusta que me pongan condiciones, si salgo con alguien es por que así lo deseo, pero usted señor profesor debería tener mas respeto por una alumna — me zafo de su agarre y camino sin detenerme.
— Un día aceptaras una cita conmigo Vanessa Dumount... solo quiero ser tu amigo y lograr conquistarte...
— Si, si ya entendí — lo mire por ultima vez antes de entrar a mi salón — cuando seamos los últimos humanos en la tierra aceptare.
Se quedo mirándome como bobo, pero lo deje ahí, no quería problemas ni mas chismes de los que había, no señor no más.
Mi clase de canto termino de la mejor manera posible, logre llegar a las notas requeridas y mi profesora me felicito, dice que mi voz es similar a la de Christina Aguilera « Favor que me hace » pensé cuando hizo esa comparación.
Al salir del edificio me di cuenta de que ya iba tarde para mi trabajo de mesera en el restaurante así que sin pensarlo tomé mi mochila y corrí como loca sin despedirme de Salma quien solo miro pasar una pelinegra a la velocidad de la luz.
En cuanto iba a cruzar la calle escuche un carro frenar de golpe justo frente a mí, me paralice por completo pues según yo la luz estaba en rojo, mire el semáforo y efectivamente era mi turno de pasar, mire el auto de lujo, por cierto, todo polarizado, aunque intente mirar quienes estaban dentro de el no puede así que solo incline la cabeza en señal de disculpa y seguí mi camino.
Sentí una corriente de aire frio en mi espalda que me hizo girar y volver a observar el auto que casi me atropella, no sé por qué sentía que alguien ahí adentro me observaba con detenimiento, quizás era mi imaginación o quizás alguien había grabado mi imagen en su memoria.
Desperté nuevamente con un dolor horrible de cabeza, parecía que desmayarme estaba siendo una rutina, muy tipo Bella Durmiente. Que patético de mi parte. El olor a hospital era algo que no me gustaba, miré el techo blanco y supuse que estaba en uno.Escuche la televisión, estaban dando un informe que llamo mi atención al escuchar el nombre de Margareth Russo.“La familia Russo ha sido detenida esta tarde por agentes del FBI, son acusados de innumerables fraudes, extorsiones, robos y lavado de dinero, así como atentar contra la vida de dos personas quienes resultaron heridas después de un secuestro… oh, miren ahí vienen saliendo. Debemos decir que el abogado Vernon Segal llevo el caso de una manera excelente. Debo decir que… ¡Aaah le han disparado a la señorita Margareth! ¡¿Qué esta sucediendo?! ¡Acaban de asesinar a la mas joven
Vanessa…Dereck y yo fuimos directo al hospital, estaba nerviosa. ¿Cómo es que todo esto había pasado? ¿Vernon era tan desgraciado como para hacerme esto por no abortar? La sangre me hervía y el rencor se apoderaba de mi corazón. Tenia tantas expectativas de nosotros, de nuestro futuro y el, las desechó en segundos.— Mi corazón me duele al verte así — noté que Dereck me miraba con nostalgia.— No te preocupes, deben ser las hormonas del embarazo — nuevamente tomo mi mano con cariño, acariciando mi palma.— Estaré siempre apoyándote, ¿Sí? Deja que te ayude con esta situación — solo me limite a sonreírle. No quería hacer promesas o decir cosas que estuvieran fuera de lugar.— Gracias Dereck, haces cosas que no deberías. Lo aprecio mucho… — me dio un
Vernon…« Vanessa está embarazada… Vanessa está embarazada… ¡Mierda! » repetía mi mente cada minuto, cada instante después de que ella se fue tomada de la mano de ese imbécil.Decirle todas aquellas palabras me habían dolido en lo mas profundo de mi ser, pero no tenia opción. Estaba mi carrera en juego, nuestro futuro y mi empresa, mi hija… no podía arriesgarme a perder más de la cuenta.Bebi un par de Wiskis mas antes de salir del lugar, Vincent estaba afuera esperándome. Lo vi hacer una llamada y moviéndose de un lado a otro, fruncí el ceño al verlo tan alterado, hablando con quien sabe quien del otro lado de la línea.— ¡Mas les vale cubrir todos los medios ante de que amanezca! — grito al teléfono.— Vincent ¿Qué sucede? — me acerque a pregunta
Vanessa…— ¿Hermana? — bufe— ¿En serio me vez como tu hermana? — le cuestione con dureza, yo no lo veía así, hasta nuestro padre estaba de acuerdo en esta jodida idea. De solo pensar en tratarlo así me partía mi alma.— Tengo que Vanessa, soy abogado y esto que tenemos tu y yo — nos señala — es incesto, además de que está penado por la ley.— ¡No jodas Vernon! — exclame exasperada.— ¿Qué estoy jodiendo? — recrimino molesto — ¿Qué es lo que esperaba de mi Vanessa? — me miro por unos instantes entrecerrando los ojos — Oh, ya veo. Esperabas que fuéramos la típica pareja que lucha por su amor sin importarles lo demás ¿Cierto?Su sarcasmo me molestó y me hirió a la vez, sus ojos llenos de burla hacia lo que yo sent&ia
— ¿Hablar? ¿De que podríamos hablar padre? — lo miré sin emoción y puse mis manos en mis bolsillos — ¿De el hecho que jamás estuviste enfermo? O ¿De todo el daño que le provocaste a mi madre con tu supuesto accidente? ¿Ah?— Se que estas enojado y tienes razón en tus quejas, pero hay muchas cosas que no sabes Vernon y que es mejor que no las conozcas — bufe ante sus palabras, más cínico no podía ser.— ¿Por qué no? ¿Tienes idea del jodido desastre que se está ocasionando solo por eso? — Me acerque a el sin dejar de mirarlo con frialdad. — ¿Por qué lo hiciste?— Carl déjanos solos — le ordeno al enfermero este asintió y salió de la habitación — también tu asistente.— El se queda, habla de una vez. No tengo nada q
Vernon… ¿Qué podría ser peor en la vida que enamorarse de tu media hermana? ¿Por qué el destino me la jugaba de esta manera? Tenia que ser mentira, tenia que serlo… de lo contrario, no podría mantenerla a mi lado como quería. — ¿Dudas de mi palabra? — pregunto Anastasia, en su mirada podía ver lo feliz que estaba al darme esa noticia. — Tengo que hacerlo, soy abogado y siempre doy el beneficio de la duda — respondí con firmeza — no me la creo Anastasia, siempre has odiado a mi padre. Por consiguiente, entiendo que me odies a mí. — Hay muchas cosas que tu no entiendes ni entenderás de nuestra relación. Pero ya es cosa del pasado, cada uno forjo su camino y encontró lo que buscaba. No me arrepiento de nada de lo que hice, todo tuvo su propósito — termino su coñac y puso el vaso en la mesa del centro. — ¿Cómo dejar a mi padre invalido y con secuelas en su cerebro? O ¿Empujar a mi madre a la locura con tus trampas? — cruzo su pierna y sus
Último capítulo