Capítulo 93
Después de colgar el teléfono, Fabiola fue a la estación de policía a recuperar su computadora.

—La computadora está completamente destruida —dijo el oficial de policía. —Me temo que es irreparable.

Fabiola frunció el ceño.

Quedaba menos de una semana para la fecha límite del concurso y, aunque redibujara, no llegaría a tiempo.

Después de pensarlo, Fabiola decidió hacer un viaje a la tienda de reparación de computadoras en el centro de la ciudad.

Al llegar a la tienda, el empleado echó un vistazo a la computadora y dijo: —Está tan destrozada, sería mejor que compraras una nueva.

Fabiola salió de la tienda de reparación desanimada, apenas había caminado unos pasos cuando escuchó a alguien llamarla: —¿Señorita Salinas?

Fabiola se giró y vio a Alejandro agitando su mano desde la acera.

—¿Qué hace el doctor Torres aquí? —Fabiola se acercó con más ánimo.

—Escuché que hay un auténtico restaurante de China por aquí —dijo Alejandro mientras jugueteaba con el GPS. —Pero no puedo encontrarlo.

Fa
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