Me sorprendí en cuanto llegamos al restaurante, puesto que no imaginé que vendríamos a un lugar que nos recordaría nuestras raíces.
El restaurante irlandés era sin duda alguna enorme, elegante y reservado. Tenía todo lo que me recordaba mi hogar y aquello no sabía cómo interpretarlo. Pese a que vivimos la mayor parte del tiempo en la isla, aún recuerdo cuando íbamos a la ciudad y solíamos mezclarnos entre las personas. Era divertido, un plan que amaba hacer junto a Holden y Tanner.
—¿Te gusta? —inquirió, parqueando el auto.
—Sí, es un lugar muy bonito y silencioso.
—Bien, porque el lugar está reservado únicamente para ti y para mí —confesó y lo miré de inmediato, ganándome una gran sonrisa de su parte.
—Vaya, entonces lo que tienes preparado deber ser muy importante, ¿no?
—Lo más importante de mi vida.
Iba a preguntar qué era lo más importante de su vida, pero bajó del auto a gran velocidad y se acercó a mi puerta como todo un caballero para ayudarme a bajar y entrar al restauran