Llegué a tiempo para atajarla, vi cómo se encogían sus hombros y abría desmedidamente los ojos. Como si la apagaran por un botón, quedó inerte en mis brazos.
– ¿Qué pasó? –mamá llegó a prisa a gritos.
–La llevaré a la casa.
– ¡No! Recuéstala aquí–me obligó por el brazo y entré con Yvonne sostenida.
– ¿Qué pasó señor?
–Katy está muerta en la escalera y Yogui no sé.
– ¿Qué? –Liborio salió corriendo, minutos antes se dormía en el mismo mueble que yo recostaba a Yvonne. – ¿cómo va a estar muerta Katy, Ensuan?
– ¡Lo está mamá!¡Trae alcohol! ¡Yvonne! –le di golpecitos en el rostro pero Yvonne caía en letargos difíciles d