22.
—Hey, abre los ojos, soy yo.
Cuando toco su rostro ella se aleja. Me quedo quieto, aunque quiero ver su cara no puedo hacerlo porque mantiene la cabeza agachada y gracias a eso varios mechones de su melena están sobre su cara. Sigue acostada, pero esta vez de lado, sin darme la espalda.
—Soy Marcus, todo va a estar bien— apenas agarro uno de sus mechones y lo corro hacia un lado logro ver sus ojos cerrados— estas segura, abre los ojos.
—No la toques— dice Zah y frunzo el ceño— algo no esta bien en ella.
—Seguro tuvo una pesadilla, necesita volver al mundo real.
—¡No la toques! — gruñe, pero lo ignoro.
Suelto su mechón y con esa mano agarro su cara la cual se siente caliente, con la otra mano coloco mi pulgar en su mandibula terminando el recorrido de una de sus lágrimas mientras mis otros dedos descansan en su mandibula.
—¡No más! — murmura ella.
Solo capto un movimiento borroso con mi ojo malo, pero no puedo reaccionar hasta que siento el ardor que provoca la piel desgarrándos