La agente, Daphne Moon, es secuestrada por el obsesionado investigador privado, Erick Sowler. Dorian y Luca comienzan su desesperada búsqueda mientras lidian con la llegada de Aiden y la cacería de la agencia, quienes buscan al exiliado agente por infringir las normas. Elena trama nuevas formas de venganza para convertirse en la nueva reina del imperio Fleyman, mientras Jackob desciende en un circulo de locura
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Ella podía mentir y decir que el caos había comenzado a reinar en su vida desde que Erick Sowler la secuestró, pero no era verdad.
El caos era parte de su vida desde que nació, o incluso antes de esto.
Aún así, debía admitir que los horrores volvieron a hacerse carne desde el primer instante que despertó.
Sin embargo, para una mujer que jamás había experimentado en carne propia lo que significaba la verdadera felicidad, era extraño poder concebir algo diferente al caos; aún así, mientras sus ojos estaban cerrados y su mente permanecía atrapada en el mundo de los sueños, Daphne pudo imaginar otra vida.
Una hermosa y tranquila, dónde había conocido al atractivo millonario cuando este aún no lo era, cuando solo era Dorian Fleyman, su atractivo compañero de clases. En aquel extraño deseo, incluso ella era diferente; su corazón no estaba pesado por las dolorosas cargas de una vida pasada y se permitía amar con total libertad.
Ambos habían coincidido por primera vez en clases de la universidad de tecnología, había sido amor a primera vista.
Solo fue cuestión de tiempo para que se hicieran pareja y decidieran casarse, luego comenzaron a llegar hermosos bebés que comenzaron a crecer para abandonar el nido de amor que ambos habían construido.
Solos, el uno junto al otro, vieron pasar la vida frente a sus ojos, felices porque pronto partirían a la eterna oscuridad.
Juntos. Como ella le había prometido una vez.
Sin embargo, antes de que su promesa fuera cumplida, un hombre emergió ante ellos con su atractivo rostro retorcido de perversa maldad.
—Puedes mentirte todo lo que quieras, pero sabes que no es real—se burló este, con una sonrisa espantosa dibujada en sus hermosos labios.
Unos que ella había besado con pasión, creyéndose enamorada.
Entonces comenzó a recordar todo, las lágrimas caían de sus ojos ante los horribles recuerdos mientras comenzaba a gritar.
El maravilloso sueño no era real, solo las pesadillas lo eran.
Con el corazón pesado y abatido ante la atroz verdad, Daphne se obligó a despertar, para escapar de esa pesadilla.
Sin saber, que en el mundo real, le tocaría enfrentarse a un monstruo peor que todo su pasado.
Luca tardó más de lo esperado en llegar al departamento, había matado a un hombre pero no tenía remordimiento alguno, al fin y al cabo no era el primero que asesinaba.Sin embargo su demora no se debió a eso, si no al pequeño oso de felpa que acababa de comprar en una estación de servicio de camino al departamento.Conforme los minutos pasaban y el subía en el ascensor, se arrepentía de haber comprado aquel estúpido eso con el corazón entre sus manos, pero estaba seguro que a Aiden le encantaría.Era una metáfora, una que seguramente debería explicar al ladrón; de alguna manera él se sintió representado en el oso color dulce de leche, y el hecho de que estuviera entregand
Aiden daba vueltas en la habitación, Meliza leía un libro mientras que Elena mantenía su mirada color esmeralda clavada en el techo del lugar, sumida en sus propios pensamientos.—¡Mierda! ¿No deberían habernos avisado algo ya?—gruño el chico de cabello blanco como la nieve, mientras se dejaba caer finalmente en un mullido sillón.Las dos mujeres volvieron sus miradas hacia él, fue Meliza quien abrió su boca con el fin de soltar algunas palabras que hicieran enojar al ladrón para lograr distraerlo unos minutos más, cuando su celular sonó.Al instante, la mujer de cabello color vino respondió, mientras la atención de Elena y Aiden se deslizaba hacia ella.
Daphne:La cabeza de la hermosa mujer de mirada nocturna daba vueltas, mientras que sus ojos viajaban de forma perezosa por la habitación sin encontrar un punto fijo.Erick Sowler llevaba todo el día dando vueltas por la casa, recogiendo y arrojando cosas a una enorme maleta.Lentamente, las ideas comenzaron ateponerse al dolor, mientras comprendía con desesperación lo que estaba ocurriendo.El se la llevaría lejos de allí, a un lugar apartado del mundo donde nadie jamás volvería a encontrarla.Toda esperanza se esfumó de su cuerpo, y volvió a sentirse indefensa, igual que cuando tenía dieciocho años y trab
—Ya tenemos la ubicación—dijo Dorian eufórico, mientras ingresaba a su propia casa varios minutos después, logrando sobresaltar a todos los presentes.Al instante, entre todos comenzaron a buscar el punto señalado en el mapa, mientras que trazaban una enorme cantidad de planes para rescatar a Daphne.Finalmente, optaron por la idea de Aiden, quien al ser un maestro del robo, sabía perfectamente cómo actuar para tomar algo sin ser detectado y no recibir una bala en el trasero.Lo primero que harían sería ingresar al área y corroborar que Daphne estuviera allí; lo segundo sería llamar a la policía y aguardar hasta que ellos llegarán antes de intervenir. Cuando Dorian finalmente detuvo el motor rugiente de la hermosa moto, Elena bajó casi al instante, sintiendo que su cuerpo temblaba como una hoja.Era la primera vez que el millonario conducía un vehículo tan poderoso como ese, y para desgracia de la hermosa diosa de oro, era su primer paseo en moto. Una mala combinación.Pero Dorian tenía la mente demasiado enfocada como para importarle la reacción de Elena, más aún luego de haber conducido la moto de Daphne, sintiendo una increíble conexión con el vehículo y la hermosa agente de mirada nocturna.—¿Qué piso es?—escupió Dorian avanzando a gran velocidad por la entrada principal del edificio.Capitulo 22:
—Creo que me voy a dar una buena ducha—soltó Aiden apartándose de la mesa y la enorme pila de papeles.Llevaban alrededor de dos horas buscando información del tal Sowler en los registros del gobierno a los que había accedido la hermosa Meliza en cuestión de minutos.Ya habían logrado marcar en el mapa varios puntos que ellos definieron como de "interés" para el perverso investigador privado. Sin embargo, habían quedado varados, sin encontrar ningún patrón reciente o algo que denotase algún tipo de movimiento por parte del hombre, por lo que el chico de cabello color nieve encontró oportuno la idea de darse un baño en un intento por refrescar su mente.—¿Quieres compañ
Último capítulo