Daphne estaba aterrada, sumida en una oscuridad casi total, a excepción del delicado rayo de luz solar que se filtraba por las uniones arrugadas de los diarios que cubrían las ventanas del lugar.
Una parte de ella quería luchar, y se gritaba a sí misma una orden silenciosa para que buscara la forma de liberarse de sus ataduras para así lograr escapar.
Sin embargo, y por primera vez después de muchos años, la parte temerosa de ella volvió a surgir, producto del agotamiento, el frío y el hambre que comenzaba a hacer rugir sus entrañas.
Estaba sola en lo que parecía ser una casa o cabaña, sin embargo por la falta de luz, no lograba distinguir bien las cosas.
Erick Sowler se hab