El último paso de Francine en la pasarela fue tan firme como el primero.
Mantuvo la mirada fija hasta el borde final, y solo entonces, al dar media vuelta para regresar, se permitió una leve sonrisa, pequeña, discreta, casi imperceptible.
Pero ella lo sabía. Lo sentía en todo su cuerpo. Había entregado todo.
El salón estalló en aplausos, algunos más contenidos, otros entusiastas.
Uno que otro espectador más experimentado intercambiaba miradas cómplices, como quien ya sabía quién sería la estrella del día.
Al bajar de la pasarela, con el corazón aún acelerado, Francine sentía el cuerpo ligero, pero la sangre hirviendo.
Una mezcla de adrenalina, orgullo e… inquietud.
Recorrió la platea con los ojos, discreta.
Buscaba solo un rostro, una mirada específica.
Pero Dorian ya no estaba donde había estado.
"—¿Desapareció? ¿Justo ahora?"
Caminó despacio hacia el lateral del salón, como quien solo buscaba un lugar más tranquilo para respirar, pero la verdad era otra.
Quería verlo. Quería entende