21. Debes dejar de lastimar a Penny
Nicklaus
Salgo de la habitación con las emociones bullendo dentro de mí.
La revelación de Penelope se ha quedado conmigo como un fantasma.
No he dejado de recordar todo lo que pasó desde que se desmayó.
Su verdadero rostro, tan distinto del que me he acostumbrado a ver, revela la magnitud de su secreto.
Todo lo que creía saber se ha fracturado. La rabia y la confusión se entrelazan en mi mente, formando un nudo que no puedo deshacer.
La noción de que ha estado escondiendo algo tan crucial me consume, pero no es solo eso.
Es el miedo que se agazapa en mi interior, el miedo de lo que mi hermano podría hacer si descubre la verdad y ese miedo viene de la mano de otras emociones que no estoy listo para averiguar.
Pienso en lo que ella dijo: “La belleza es una maldición.”
Mi mente vuelve a la última conversación que tuvimos, sus ojos llenos de desesperación mientras suplicaba por su libertad.
¿Cómo puedo confiar en ella ahora, cuando ni siquiera confío en mí mismo?
Me acerco a la ven