35• Te necesito a ti.

El sonido fue lo primero que escuché. Un pitido constante, monótono, que iba marcando el paso del tiempo. Intenté moverme, pero mi cuerpo no respondió. Sentía la cabeza pesada, como si todo girara despacio, y un dolor punzante me atravesaba el brazo izquierdo, subiendo hasta el hombro.

El aire olía a desinfectante, a limpio, a algo frío y metálico. Parpadeé con dificultad, tratando de enfocar. La luz blanca del lugar me quemó los ojos al principio, haciéndome cerrar los párpados otra vez. Respiré despacio, o al menos lo intenté. El pecho me dolía. El estómago también.

Tardé unos segundos en atreverme a abrir los ojos de nuevo. El techo blanco, el sonido del monitor, el suave murmullo de pasos y voces lejanas… estaba en un hospital.

Me sentía aturdida, desorientada, como si hubiese soñado durante días. La garganta me raspaba al tragar, y un hilo de saliva amarga se acumulaba en la comisura de mis labios.

Giré ligeramente el rostro y entonces lo vi.

Richard estaba sentado junto a la cam
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