Laura al ver llorar a Ámbar desconsoladamente, sintió la necesidad de acercarse a ella; en el fondo sentía remordimientos por todo lo que estaba pasando, a pesar de que no se habían esclarecido aún cuales fueron las verdaderas causas que le habían provocado el infarto a Gustavo.
—	    Lo siento mucho Ambar,  la verdad es que ha sido muy doloroso que haya sucedido esto en un día tan importante.
—	    Sí, siempre tuve miedo a que llegara este momento, porque sé que Gustavo está enfermo, pero tenía la esperanza de que pudiera aguantar su enfermedad por más tiempo.
—	    Bueno… creo que es mejor que nos marchemos a casa, no podemos hacer nada por ahora.
 Valentina y Alejandro  enseguida se acercaron a donde estaban ambas
—	    Madre creo que la señora Laura tiene razón, es mejor que vayamos a casa a descansar y mañana regresemos a primera hora para saber si nos dejan ver a papá.
—	    Pero es que yo no quiero moverme de aquí, no quiero dejar a tu padre solo y que de pronto despierte