Sofía les dijo.
—Pero debido a sus inseguridades, eso nunca iba a ser suficiente para él. Por eso te dijimos la importancia de que acudiera a recibir terapia psicológica.
—Yo intenté convencerlo, pero es demasiado terco. Me dijo que no necesitaba un loquero. —dijo Daniela.
—No te preocupes, Dani, cuándo se haya calmado lo voy a tratar de convencer de lo que le estoy explicando ustedes. —le dijo Sergio con una sonrisa.
—Sí, tranquila hija, no te preocupes de que todo va a estar bien. Yo también voy a hablar con él y ya verás que todo se va a arreglar —le dijo su padre.
—Sí, hija, los dos hablaremos con él. —dijo su madre.
Y Daniela le sonrío sin mucha convicción porque estaba segura de que nadie podría convencer a Juan y ya todo había terminado definitivamente entre ellos.
— También creo que es necesario que nos reunamos en familia y hablemos con Gabriela —dijo Óscar.
— Hermano, no creo que sea buena idea, basándome en lo que ocurrió en el almuerzo que tuvimos mi padre y yo con