Juan comenzó a besar su cuello y acariciando sus senos, le dijo.
—Yo… También estoy… Hablando en serio—. Luego se apartó, y se bebió un trago de ginebra con hielo y le preguntó
—Cariño ¿No te vas a beber tu gin tonic?
—Eres una mala influencia para mí, sabes que no me gusta el licor.
—Es ginebra. Dulzura, lo suavicé para ti, con agua tónica, hielo y con un toque cítrico de limón, un gin tonic, la bebida de las mujeres.
Daniela tomó su copa y le dio un pequeño sorbo.
— Sabe cómo a anís con un ligero toque dulzón. Tiene un buen sabor.
—Bébetelo todo.
—Tengo la impresión que me quieres emborrachar.
—No, amor, difícilmente te vas a emborrachar con una copa y con esa bebida. Solo quiero que sientas la experiencia de hacer el amor con unos pocos grados de alcohol en el cuerpo. Te vas a relajar, y va a ser la experiencia más excitante. Vamos, acaba la bebida.
Daniela le obedeció y bebió toda su copa. Juan se acabó su ginebra de un solo trago. Después le dijo.
—Nena, vamos a recrea