Capítulo 31
El restablecimiento de Daniela fue lento y difícil, pero bastante eficiente cuando llegó a casa una tarde y encontró a Marianela y a Nardo preparando la cena sin sus padres, quienes se encontraban plácidamente durmiendo la siesta. Daniela agradeció que Nardo colocara en sus manos un plato de tagliatelli (tallarines) con salsa y carne cocinado en el horno de microondas. De repente sonó el timbre y Marianela fue a abrir la puerta, al regresar le dijo.

—Dani te busca un caballero — Marianela al ver el gesto de angustia de su hermana se apresuró a decir — Es tu amigo Raúl.

Daniela experimentó alivio y decepción a la vez.

—Dile que estoy ocupada…

—Pero me dijo que no aceptaría un no por respuesta.

Nardo intervino.

—¿Quieres que hable con él? Si no quieres verlo, no estás obligada a hacerlo.

Daniela suspiró con resignación y tratando de sonreír le respondió.

—Tranquilo cuñado, yo hablaré con él no pasa nada.

Daniela se dirigió a la sala principal y encontró a Raúl de espalda observ
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