En ese momento, un paciente pasó por el pasillo donde ellos estaban.
César bajó la voz y le preguntó:
—¿No habías decidido ya separarte de Teresa y estar con Lorena?
—Lo tengo bajo control, no dejaré que Lorena se entere— respondió César con una voz fría.
La cena ya estaba preparada, y en ese momento César debería haber llegado a casa, pero aún no regresaba.
Con la experiencia anterior, Lorena no esperó a que él llegara, sino que, en cuanto pudo, llamó a César y a Clara, pero ninguno de los dos contestó.
Pensó un momento y se preguntó si había pasado algo. Marcó el número de Rajiv, pero tampoco respondió.
Guardó el teléfono, bajó la mirada y comenzó a pensar. Si César, de verdad, hubiera tenido un accidente, ella no podría hacer nada para ayudar. Sería mejor comer la cena primero.
Después de pasar toda la tarde con Marina, ya tenía hambre, así que decidió salir a cenar con ella. Justo cuando pensaba en enviarle un mensaje a Marina, recordó que doña Marta ya había preparado la comida, y