Al llegar, la atmósfera se relajó, los miembros de las familias sonreían y vitoreaban la llegada del grupo. Nicolás tenía al pequeño en brazos mientras Isabella se acercaba con una sonrisa juguetona.
—Te luce, Nic. Deberías aprovechar que estás aquí con tu asistente de piernas lindas y empezar a hacer uno propio.
Nicolás rodó los ojos y sonrió. —Veo que estás muy bromista, Isa. Además, sabes que no mezclo lo personal con lo laboral.
—Ajá, claro, repítelo hasta que lo creas. —Isabella arqueó una ceja, divertida—. Pero dime, ¿qué piensas realmente de Madison?
Nicolás suspiró y miró hacia donde la chica conversaba tímidamente con Chiara. —Es frágil. Lo único que provoca es protegerla, tenerla como una frágil y hermosa muñeca de colección.
Isabella sonrió con satisfacción. —Pues eso es un inicio. Quizás protegiéndola termines unido a ella.
Nicolás negó con la cabeza, pero no dijo nada más.
El resto del grupo conversaba alegre, mientras Alessa saludaba a los invitados asegurándose de que e