Luciana sentía el viento frío golpear su rostro mientras caminaba por la acera, alejándose del café donde su mundo acababa de colapsar.
Las palabras de Alexander aún latían en su cabeza.
—Te amo, Luciana. No porque seas mi historia, sino porque sin ti, no sé cómo seguir escribiendo la mía.
Pero también estaban las de Javier.
—Mereces algo más que un hombre que no puede decidir si te ama o solo te escribe.
Dos verdades. Dos caminos.
Y ella estaba en medio, sin saber cuál elegir.
⸻
Alexander en el Límite
Alexander no se movió de donde estaba, observando cómo Luciana desaparecía en la distancia. Había dejado salir las palabras que llevaba meses reprimiendo, pero no sabía si era demasiado tarde.
—¿Vas a dejarla ir? —preguntó Javier con sorna, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.
Alexander giró la cabeza lentamente.
—No es asunto tuyo.
Javier rió suavemente.
—Oh, pero lo es. Porque si no la detienes, lo haré yo.
Alexander sintió su sangre hervir. Javier nunca había sido su a