Los faroles del jardín se encendían permitiendo admirar la hermosa entrada al interior de la casona. Una mujer daba aviso a la señora Denis de un gran paquete en el recibidor.
-Bien querida, llévalo a mi habitación, esperaré a Kamil así lo abriremos juntas.
Denis giraba dando la espalda a la mujer que solo acertada decir “Si señora” alejándose en dirección a la cocina. César le miró con total seguridad. Denis planeaba algo y no guardada duda alguna.
-Estoy pensando en cambiar todo el mobiliario de la nueva casa, un gran comedor de doce puestos, la sala debe ser…No, no, no…debemos tener dos, una para las visitas y otra…-.
César le cortó en seco. -Denis, eso no sucederá-. Su expresión era fría.
-César es hora de dar una gran fiesta…de esa manera podemos mostrar nuestra nueva adquisición y posición-.
-Deja de alucinar con gastar millones en estupideces innecesarias. Mejor dime algo bueno acerca de Kamil-.
-Kamil fue a visitar a una vieja amiga…César eres algo injusto con nosotras, merecem