Gia sujeto la tarjeta en su mano para luego meterla en su pantalón,llevó el teléfono con ella y salió de los departamentos,su mente estaba echa un lío, no tenía idea de adonde dirigirse, solo camino por toda la calle sin dirección alguna,—Este mundo es tan extraño, las personas caminan y actúan como si tuvieran una mente propia—.
—Y luego llega este hombre…Theo…ni siquiera lo invente yo, pero servirá de mucho para no volver pronto a la casa de los Fischer—dijo Gia para excusarse. Estuvo tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta que pronto anochecería. Habían transcurrido un par de horas desde que Theodore se encerró en su habitación, la casa se escuchaba muy silenciosa, algo que lo inquietó,—Esta la comida lista?— grito el, antes de salir y adentrarse a la cocina, sus ojos recorrieron todo el lugar pero no había rastro alguno de la mujer,—Está mujer está loca,¡piensa que puede venir a robarle al diablo!—se mofó el, al pensar en que le había entregado su tarjeta y está desapareció de la nada. Tomó las llaves de su auto y salió en busca de la mujer,—¡En donde carajo se metió esa maldita niña!—grito lleno de rabia, golpeó el volante con rabia y manejo directo a la entrada de la villa de los Fischer, solo se parqueo unos metros atrás esperando la llegada de la mujer. —¡La comida!— jadeo Gia pasando una mano por su cabello,había sido tan despistada que olvidó por completo que ahora tenía un empleo y un jefe, y por como se miraba era de esos tipos que les encanta humillar a sus empleados. Gia empujó la puerta de uno de los centros comerciales, pero frenó sus pasos al recordar que no traía una identificación consigo,—¿En este mundo arrestan?—le pregunto Gia a una joven que iba pasando. La mujer la miró desconcertada,—En este mundo y en cualquier otro arrestan,¿Si no se encuentra bien puedo llamar a un médico?—se ofreció la mujer. —No…no solo digo tonterías—corrigió ella con vergüenza,—¿Usted sabe donde está la villa de los Fischer?—pregunto Gia. La mujer la analizó de pies a cabeza y pudo reconocerla,—¿No es usted la hija de Thomas Fischer?— dijo desconcertada la mujer, había visto un par de veces salir a la mujer de la villa de sus vecinos. —Aaaa…si señora, es solo que de noche me siento desorientada y olvido las calles con facilidad. —Te llevare, solo estamos unas cuantas casas atrás, pero por favor no me digas señora, tenemos la misma edad— dijo la joven. En el auto Gia guardó silencio, la joven tampoco se atrevió a emitir algún sonido. Gia encendió el celular entre sus manos y jugó un par de veces con el, al final lo desbloqueó y entró directo a la galería, estaba una hilera de fotos donde se miraban las fotos de Thaís y Sebastián juntos,sintió un par de punzadas en el pecho, una lágrima rodó por su mejilla, cuando miró una foto donde Lisa estaba en la intimidad con Sebastián,—Si regreso a mi mundo, prometo yo Gia Harper, matar a Sebastián Clark en venganza de Thaís— susurro apenas audible con los dientes apretados . —Esa es su casa, puede ir—hablo la joven señalando una casa de enfrente. Gia se inclinó en forma de agradecimiento, tocó la puerta un par de veces antes de que una empleada abriera la puerta y la mirada con fastidio. —No espere que la salude con cortesía,¡usted ya no pertenece a esta familia!— dijo la joven mujer, mientras torcía sus ojos de lado. — ¡Y crees que a mi me interesa pertenecer a esta familia!, mírate tú solo eres una empleada y por lo que veo eres bastante arrogante, aunque no pertenezca aquí tengo más estatus que tú— replicó Gia con frialdad, puede que Thaís sea sumisa, pero ella no lo era. La empleada se mofó,—Eres una bastarda mal educada, te pareces tanto a tu madre, espero y te reúnas pronto con ella—. Gia sintió como un calor intenso subía asta su cabeza y tomó a la empleada por el cuello,—No puedes jugar con las personas muertas,¿Oh no quieres ser tú quien vaya primero a hacerle compañía?. La empleada bajó la mirada y no se atrevió a replicar nuevamente. Gia tenía en mente tomar sus documento y regresar a la casa del señor frialdad, estaba mentalmente preparada para tener dos discusiones esta noche, una con sus supuesto padres y otra con su ahora jefe, y lo que sólo rogaba era que él no la echara de su casa, por que si no entonces estaría acabada completamente. Thomas estaba impaciente por la desaparición de Thaís,todos en la sala guardaban silencio sin atreverse a emitir sonido alguno. —Tengo algunos millones ahorrados,la empresa de Textiles ha ido muy bien, si mi tío llegara a arrepentirse y retirar sus fondos de su compañía, puedo yo invertir—sugirió Sebastián para apaciguar la ira de Thomas. Lisa lo miró con cariño y se arrojó a sus brazos,—Eres tan generoso—. —¡Pretendes casarte con Lisa!, si eso es lo que tienes en mente entonces olvídate de todo, Lisa no se casará contigo,¿crees que eres competencia para el señor Haddly?,¡ni siquiera con tus millones invertidos podremos pagar la deuda que tenemos con el!, nos aplastará a ambos, la única opción que tenemos ahora es el señor Clark. Sebastián se puso de pie al escuchar esas palabras,—Usted estaba enterado de la relación que tenía con Lisa, lo permitió todo y ahora viene y me dise que no puedo casarme con ella—. Irina se levantó enfada para alegar por su hija, pero los pasos de Gia se detuvieron en medio de la sala que estaba sumida en la discusión. —¿Donde diablos estabas?,crees que puedes tomar desiciones por tu cuenta,¡que es lo que tenías en mente, que el señor Clark descargara su ira con nosotros!, pequeña insolente— grito Thomas, tomó a Gia por el brazo y la lanzó directo al suelo. Los ojos de Gia se cristalizaron, pero respiro hondo antes de derramar una sola lágrima a ese hombre,—¿Quieres que alguien se case con ese viejo?, entonces que lo haga Lisa,¡oh es que la amas tanto que no puedes verla alado de un anciano!—. Thomas la volvió a sujetar para tirar de ella y soltar una fuerte bofetada que aterrizó en el rostro de Gia,—¿Y que si la amo más que a ty?,¡tiene eso algo que ver contigo!, no recuerdas los gasto de tu madre antes de morir, por ella estamos en quiebra, paga la deuda pendiente,¿oh es que eres tan tonta que lo olvidaste?—. —¿Cual deuda?—el cerebro de Gia estaba tratando de recordar cada detalle escrito en su libro, pero por más que intento recordar algo simplemente se rindió,—¡Sigo sin recordar cual es la deuda!— respondió Gia. Irina se contoneó por la sala,—¡Deja de hacerte la estúpida!, dijiste que si pagábamos la deuda del hospital te casarías con el hombre que te indicara tu padre,—le recordó, habían pasado más de 5 años cuando Thaís le prometió que haría todo para regresarles el favor, pero ahora simplemente se hacía la tonta. ….. En el auto Theodore azoto la puerta para bajar y recargarse, sin despegar la mirada de la villa de los Fischer, estaba tan impaciente por entrar y sacar arrastras a la mujer, pero sus pasos se detuvieron cuando miró como una fila de carros se parqueo en la entrada, un hombre de estatura baja y gordo bajo de uno de los vehículos, cuatro hombres caminaron en fila detrás de él. Theodore sonrió de lado,—Esperemos el espectáculo—siseo entre dientes. Los secuaces de Caín Clark patearon la puerta de la villa, los cristales se hacían añicos mientras se esparcían por el piso de mármol, su rostro estaba arrugado por la rabia que estaba atravesando. —Thaís Fischer—Grito el captando la atención de todos los presentes,—Regresa a casa ahora,¿quien te ha dado permiso de venir aquí?— rugió Caín. Los ojos de Gia se abrieron de par en par, instintivamente giró su cabeza para ver el rostro pálido de Sebastián, una sonrisa de lado se dibujó en su rostro,(-si no me diera asco este hombre, me casaría con él solo para destrozar a Sebastián y Lisa-)pensó Gia.—Mis documentos, solo vine por ellos—tartamudeo Gia para que Clark le creyera. Caín miró a todos, rápidamente Irina le hizo señas a una empleada para que subieras por los documentos de Thaís, en menos de un minuto , dos portafolios fueron puestos sobre la mesa, Gia los sujeto con fuerza y no los soltó en ningún instante, sus pies comenzaron a caminar a la salida sin esperar a Caín. El señor Clark miró a Sebastián que permanecía cabizbajo,—¿Que haces aquí?, no te advertí que no quería verte merodeando por la villa,¡te doy 15 segundos para que te largues si no quieres que te enseñe yo mismo una lección!—le advirtió Caín a su sobrino, tal como lo imagino, Sebastián no dudo en salir sin atreverse a replicar. Fuera de la villa, Gia comenzó a caminar a paso rápido antes de que alguien notara su presencia, uno de los secuaces de Caín la arrastró de regreso a la entrada,—Deja de comportarte tan infantil,¡si fueras una mujer obediente con el señor Clark, lo tendrías a tus pies!, sin embargo solo eres una cualquiera—gruño el hombre.