C266: Un error, y perderías la vida.
Habían pasado ya varios meses desde aquel torbellino de sucesos que había puesto todo de cabeza, y poco a poco la vida parecía encontrar un cauce más estable. Todo parecía ir acomodándose: el negocio, los contactos, la distribución del licor y hasta la atmósfera del lugar respiraba un aire más sereno, casi como si por fin se estuviera levantando sobre bases firmes.
Pero esa estabilidad, tan visible en los pasillos, en las cajas apiladas en la bodega y en los números que cuadraban con precisión, no terminaba de asentarse en la vida de Reinhardt y Jordan. Ellos, a diferencia del cabaret, parecían vivir en una contradicción constante, atrapados en discusiones que surgían de la nada y que, sin embargo, escondían un trasfondo: el choque entre dos mundos que aún no encontraban un equilibrio.
Esa tarde, la oficina de Reinhardt se convirtió una vez más en un escenario de discusiones.
—¿Por qué no? —cuestionó Jordan, como si las palabras de Reinhardt no tuvieran sentido—. ¿Cómo que no me deja