C106: Es peligroso andar sola de noche.
—¿C-Cómo dices? —Isabella pestañeó repetidamente, impactada por la reciente declaración.
—Lo has oído bien. Estoy interesado en ti.
—P-Pero... —la joven tenía toda la intención de decirle que ella no lo estaba, para que no se hiciera ideas extrañas. Sin embargo, antes de que pudiera articular palabra, Zaid se despidió.
—Mañana volveré por más carne.
Y se fue, sin esperar una respuesta, como si su decisión ya estuviera tomada y ella no tuviera voz en ello.
Durante toda la semana, Zaid apareció cada día en el mercado, siempre en su puesto, pidiendo lo mismo. Carne. Isabella intentó ignorarlo al principio, que simplemente era un cliente más. Aunque le haya dicho que estaba interesado, ella no tenía porqué corresponderle. Pero el modo en que la observaba, el modo en que sonreía—una sonrisa torcida, ajena a cualquier emoción genuina—hacía que cada encuentro se sintiera como un aviso de algo peor.
Isabella no podía evitar sentir que algo en Zaid no encajaba. Desde el primer día que apareció