Negué un par de veces mientras mi interior lloraba. Quería saber la verdad, pero a la vez sentía un miedo abrumador. Sabía que Azrael conocía más respuestas, pero me las estaba ocultando.
—Por favor —supliqué al borde del llanto—. No quiero más secretos.
—Sé que es tu vida, pero implica a más personas. Necesito que me des tiempo para descubrir la verdad y poder ayudarte.
—Está bien —suspiré, agotada—. Pero prométeme que, apenas sepas la verdad, me lo dirás.
—Lo haré, te lo prometo —acarició mi rostro—. Ahora, debes calmarte y dormir.
—No creo poder dormir —negué un par de veces.
—Sí puedes —colocó una mano sobre mi cabeza.
**POV: Azrael**
Utilicé un poco de mis habilidades con ella. Instantáneamente, cayó profundamente dormida. El efecto de mis poderes durará un buen par de horas, suficientes para llegar a la raíz de esta situación.
Un Nefilim.
Jamás creí que fuera posible; a pesar de todo, aún no puedo asimilarlo del todo. Se supone que los Nefilim no deben nacer; todos los ángeles e