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Los ojos de Benjamín se encontraban empañados de sentimientos que no quería reconocer. A pesar de esa imagen glorificada que había construido en su manada, era un pobre desgraciado que sucumbía continuamente ante su propio auto desprecio, la relación que llevaba con su lobo era completamente disfuncional. La lucha interna entre mantener las apariencias y controlar los impulsos de Roy lo habían vuelto alguien que parecía sin alma.

Pero sus malas decisiones habían provocado demasiado daño a la persona que más amaba y arruino su imagen intachable frente a las personas de más confianza, su temor a perder a Luna ahora se había vuelto una realidad y las palabras de Margarita habían calado profundo en su corazón, ella se había echo una imagen de una mujer indecente de mi amada Sofía, ¡cómo en mi estupidez me atreví a acusarla!. Pero saber que ella se encontraba viva era una señal de la Diosa de que las segundas oportunidades existen y esta vez no estaba dispuesto a perderla.

Con la voz