Estanislao se encontraba algo preocupado por algunos informes aislados en las fronteras; no quería darle mucha importancia, pero con Luna en la manada no podía pasar por alto nada.

Se preparó para la cena, quería fingir algo de naturalidad; si sus sospechas eran ciertas, necesitaba ser discreto, por lo que era mejor no alterar a los más débiles. Alejandro y Vladímir seguían suplicando por el perdón de Omega Margarita.

El lugar había sido preparado de forma exquisita, le recordaba a las cenas que organizaba Luz. Roger y Justiniano se encontraban ya en el lugar, se veían nerviosos, mientras Estanislao tenía un aura preocupada que su padre notó de inmediato. "Estanislao, dame un informe rápido", lo dijo con un tono calmado. "Renegados en las fronteras, nada complicado, solo que debería ir a ocuparme", su padre notó su intranquilidad, por lo que le autorizó a retirarse.

Omega Margarita junto a Luna llegaron antes de que pudiera retirarse. Las miradas de esos dos hombres lobos eran de amor