Regina seguía sintiendo su corazón nervioso y el cuestionamiento del rubio seguía estremeciéndola más que sus caricias, o la promesa de lo que ocurriría entre ellos esa misma noche y las horas que le siguiesen, avanzó siguiéndolo y chocó contra él al haberse detenido abruptamente.
—¿Qué? — preguntó desorientada.
La mano del rubio la apretó inconscientemente – Scar-Scarlett — la voz del ojiazul fue profunda.
Regina salió de tras él y observó a la mujer que solo tenía ojos para Giovanni en ese momento, luego volteó a verlo a él y su mirada había cobrado profundidad, seguía apretándola de la mano, pero estaba segura que ya no sabía que estaba a su lado… ¿quién sería esa mujer?
La puerta del elevador comenzó a cerrarse y Giovanni la detuvo con su mano mientras seguía sosteniendo la maleta de la pelinegra.
—¿Qué haces aquí? — su voz sonó ronca mientras salía del lugar con Regina de la mano.
Ella guardó silencio y sintió cierta tensión en el ambiente.
—Quería verte, te he extrañado tanto —