Jenny se levantó a recoger el teléfono que afortunadamente no se había roto y aún funcionaba.
Tras un momento de duda, marcó el número de Luis, quien contestó casi instantáneamente.
—Jenny, ¿qué pasa a estas horas? —su voz revelaba preocupación.
—Solo no podía dormir y quería hablar contigo, ¿te interrumpo? —Jenny suavizó intencionalmente su voz.
—¿Qué podría estar interrumpiendo? —el tono de Luis era de reproche—. Jenny, ¿cómo puedes ser tan formal conmigo?
—Recuerdo que mencionaste que tu madre quería arreglar tu matrimonio, temía que estuvieras viviendo con ella y mi llamada los molestara —bromeó Jenny, aunque solo ella sabía cuánto odiaba la situación.
Su amor por un hombre no era correspondido, y el hombre que la amaba ya tenía a otra. Al final, seguía sola.
¿Cómo no odiar esta situación?
—Mi madre lo propuso, pero aún no han respondido —hoy esperaba obtener información de Manolo, pero se fue tan rápido que no pudo averiguar nada.
—¡Es indignante que tarden tanto en decidir con lo