— Yo seré quien decida hasta cuándo y hasta donde me pertenecerás — dijo Eros jalando hacia el a la rubia.
Los labios de Eros se posaron sobre los de Juliette en un beso feroz y salvaje que la lastimaba, introduciendo por la fuerza su lengua en la cavidad bucal de la rubia y apretando fuertemente la cintura de la chica no la dejaba marchar, gruesas lagrimas se escaparon de los ojos zafiro de la hermosa rubia en un evidente asco y profundo rechazo…había sido besada por alguien que se sentía…familiar…mordiendo los labios de la chica hasta lograr hincharlos y sangrarlos, Eros se burló de las lágrimas de la jovencita…eso era solo una muestra de lo que le esperaba, pronto la tomaría y la elevaría hasta el séptimo cielo envuelta en su orgasmo.
Fernand y Edmond se quedaron petrificados ante aquella visión, un escalofrió desconocido y misterioso los sobrecogió, aquella visión había sido sórdida, se sentía mal y les provocaba una desconocida repulsión, las lágrimas de Juliette sin embargo los