Juliette, retrocedió, le estaban pidiendo traicionar a Fernand y Edmond, y aun cuando fuesen monstruos, hombres lobo o lo que sea, ella no quería hacerlo, ninguno le había hecho en realidad daño alguno, sin embargo, sabia que, si daba una negativa, quizás, no la dejarían marchar habiéndole dado toda aquella información creyéndola parte de una familia de cazadores, tendría que fingir si quería salir con vida de aquel sitio.
Era en realidad una misión difícil, no tenía idea de quien era quien en ese lugar y no se lo dirían, su prueba era descifrarlo ella misma y sin sospechas, un sudor frio apareció en la frente de Juliette, de alguna manera debía tener éxito, su propia vida era lo que estaba en juego.
— Tengo una pregunta más si me permites hacerla Travis — dijo la bella rubia.
— Adelante pequeña artista, pero yo sabré si la respondo o no — respondió con una sonrisa el hombre joven de cabellos rubios.
— Me has hecho venir aquí únicamente para pedirme ayuda contra ellos, ¿Qué pasara si