Capítulo 35

Ella supo que, a aquel ritmo, pronto se encariñaría con Dober. Así como era consciente que, si se apartaba de Dober, quedarían los recuerdos de esos días fríos que pasó a su lado y aquella protección que él le daba.

—Señor Dober —llamó ella, una vez habían acabado de desayunar y él se disponía a cambiarse con su abrigo largo y oscuro.

Hiz se levantó del comedor y caminó hasta él. Estando los dos de pie, cerca del closet, se miraron fijamente.

El violeta y rosado. Dos colores de iris totalmente opuestos que comenzaban a acercarse poco a poco.

—Hiz —Dober terminó de ponerse el abrigo—, ¿sucede algo?

—¿A dónde va todos los días? —Llevó las manos a su pecho.

—Debemos hacer revisión por el área.

—¿Están buscando algo?

—Sí, ¿recuerdas los hombres que viste en el bosque?

Hiz sintió su pulso alterarse.

—S-sí, claro.

¿Cómo podría olvidarlo? Ese día creyó que iba a morir.

—Esos hombres son del grupo Exterminio, asesinaron a los Infinitos y los colgaron por todo el territorio —explicó Dober—. Va
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