Capítulo 91- El sueño en una noche de Abril

Tocar su puerta era como entrar a la cueva del lobo o peor aún, la entrada al averno.

Como un mendigo siempre esperando pedir un adelanto para alguno de mis fracasos… Ese era mi patético yo a los 23 años. Sin una abuela que mantener siquiera, cualquiera pensaría que mis carencias monetarias terminarían pues ya no tenía nada que perder, por supuesto que no. Solo una deuda por los gastos funerarios y la esperanza de regresar a la universidad eran suficientes para desequilibrar completamente mis ingresos.

Así que ahí estaba de nuevo, tragando mi miedo al rechazo frente a ese hombre al que le he dado más importancia de la que debería.

Cuando su voz finalmente me permite pasar. siento como si el tiempo se detuviera.

Ahí está él, un demonio agraciado por la belleza divina y a la vez mi única esperanza.

Sostengo con fuerza la carpeta en mi pecho mientras respiro hondo. Él puede oler el miedo y como una bestia salvaje puede responder con más agresiones que disfraza como observaciones.

Lo odio porque lo necesito. 

Fui yo quien le escribió por primera vez, le dije que tenía preparada la propuesta para una nueva historia. 

Aun así llegue después de la hora acordada, no sólo porque me estuve dando vueltas afuera de su puerta, también fui a la universidad a una sesión de terapia con el señor Bingley. Así me he mantenido desde que la luz de mi abuela, que me guiaba en la oscuridad, se apagó para siempre. 

—Llegas tarde.

Dice con una voz seca como siempre. Desde que dejé de asistir a la universidad es la forma en que se dirige a mí cada vez que lo veo. Atrás quedaron esos días en que me perseguía leyendo mis ensayos y burlándose de ellos. Al menos por ese tiempo mostraba algo de su lado humano ahora solo me llama un fracaso a cada respiro.

—Disculpe, tuve que pasar por la universidad y...

— ¿De verdad? Creí que la gran Cadence abandonó sus estudios porque se siente la gran cosa...

¡De verdad! ¡Dime! ¡¿Qué te he hecho para que me desprecies tanto?! ¡¿Crees que abandoné la universidad hace casi dos años por placer?!

No sé por qué solo de él siento como si me golpeara en el alma cuando recalca la decisión que tomé. 

¿Es por la carta de renuncia de esa vez? Sí, seguramente debe ser por eso. Cree que me tiene comiendo de su mano por esa maldita carta de renuncia personal… Debí leerla antes de imprimir y dejarle algo tan vergonzoso.

—Tuve que ir para... —Dudo en continuar, si le digo que fui a terapia no me bajará de una loca además de fracasada –Unos pendientes. 

— ¿Y qué historia nueva nos vas a presentar? —Dice con una voz seca, fría, indiferente. Sin embargo sé que es por demás con afilado sarcasmo.

—Es una historia de suspenso. En una cabaña hay seis u ocho personas... — ¿por qué no puedo evitar hablar con tartamudeo? —Uno de ellos es un asesino serial y la protagonista debe descubrir quién es antes de que sea la próxima víctima. 

Él sin dejar de indagar en mi mirada, sin cambiar su semblante de aburrimiento ni verme como si fuera el ser más aburrido en la tierra, solo responde con un "Ya veo" entonces, apretando en un puño la orilla de mi falda, me pregunto a mí misma por qué no he terminado cualquier contrato metiéndole este hecho un rollo por donde no le da el sol... Ah, cierto. La deuda.

Finalmente me responde con un poco más de tranquilidad en su voz y me pide mostrarle el manuscrito. La última vez que dijo eso me pidió cambiar muchas cosas para su gusto y ni siquiera se molestó en leerlo. Tuve que trabajar bajo la marcha con sus horribles cambios y uno de los personajes lo tuve que reescribir por completo para lograr adaptarlo.

—De acuerdo, solo muéstrame la ficha de personajes y quedará aprobado.

Extiende su mano y por primera vez en mucho tiempo siento cierto ánimo en ello.

Mientras observa entre las páginas intento encontrar en su mirada algún indicio de cambio, si le interesa un poco entonces puedo pedirle que me apoye con un adelanto.

No ha cambiado su actitud seria y seca conmigo. Sin embargo ha dicho un "De acuerdo" que me da algo de esperanza.

—Pero solo se publicará en la plataforma en línea.

No importa, un contrato es un contrato y necesito ese dinero cuanto antes.

Lo que me recuerda…

Ahora viene lo difícil, pedir ese adelanto.

— ¿Tienes idea de todo lo que nos debes, señorita Beckham? —Su voz se hace más seca y cada palabra me atraviesa como cuchillos afilados— Ni firmando un contrato gratuito de por vida podrás pagar todos los daños.

Debí saberlo, aunque no es una novedad lo mucho que me desprecia, a veces suele ceder un poco... pensé que esta vez con esta historia con mejor premisa me ganaría su interés, al menos el suficiente para que quisiera apoyarme un poco...

Me disculpo casi haciendo una reverencia para apaciguar su ira y estoy a punto de salir huyendo cuando me detiene con una voz igual de seca pero menos afilada.

—Beckham, quiero que me entregues el primer capítulo en una semana. Si lo haces, consideraré el adelanto.

Asiento y salgo por la puerta. En cuanto escucho el CLIC detrás de mí, me recargo contra esta y tapo mis ojos con una mano.

Quisiera poder llorar pero tengo mis lagrimales secos. Solo queda el ardor sin ni una sola gota que pueda salir.

Un día terminaré de pagar esta deuda, cuando lo haga dejaré mi renuncia.

Claro, si ese día tiene el milagro de llegar.

****

El demonio del Averno de Lupus observa el manuscrito del primer capítulo pulcramente acomodado en una carpeta.

En lugar de enviarlo por WhatsNow es mejor que me asegure de que si lo lea y no me rechace a la primera sin ver un solo párrafo.

Con ese rostro de jugador de póker me es imposible deducir si le ha gustado.

En cualquier momento lo llamará mediocre, cuando haga eso le diré que entonces me deje pagar la deuda a plazos y me permita renunciar.

He puesto todo mi corazón en ese proyecto, cada noche la he dedicado en cuidar ese capítulo como un tesoro preciado.

Haré lo que sea por conseguir ese dinero, incluso soportaré a este hombre pedante.

Si no lo acepta, entonces desistiré a este absurdo sueño de ser autor. Conseguiré un mejor empleo, con mayor remuneración y probablemente con mejores jefes que este tipo prepotente.

—El título necesita mejorar.

Por alguna razón su voz es un poco más suave. No ha dejado de verme directamente y tiene su mano apoyada en la barbilla. Es como aquellos días en la universidad cuando hablaba de otros libros.

—Sí, puedo cambiarlo--

—Misterio mortal en la choza.

— ¿disculpe?

—Ese será el título.

Aunque su rostro no parece tener cambios ni expresiones puedo ver cierto brillo en sus ojos. Es el mismo que cuando habla de una historia interesante. 

—Ahora, sobre esta parte...

Me señala el párrafo completo y anota en rojo algunas cosas.

Me sorprende su habilidad para escribir perfectamente al revés pues la hoja está volteada hacia mí. 

—Arregla esa parte, falta describir mejor los rasgos físicos de la protagonista. También en esta parte le falta más detalle al escenario en que se encuentran... Es un asesinato, debe ser más impresionante como para que el lector sienta ese suspenso.

¿Él...está...corrigiendo el texto?

Cuando ha terminado de hablar me dice que tengo una semana para entregar el capítulo con las correcciones. 

Asiento asombrada sin poder decir nada más.

—Y, Beckham. Un autor debe alimentarse adecuadamente. Llévate esto y asegúrate de entregar un capítulo de calidad.

Asiento de nuevo como una costumbre mía y me asombro cuando me tiende un cheque.

—Una semana.—Me advierte.

La cantidad es perfecta para lo que necesito en este momento. Abrazo el cheque y la carpeta con las hojas corregidas por él.

En cuanto escucho el CLIC del seguro en su puerta me recargo contra esta. Me comenzó a arder la mejilla. Suspiro hondo, lo más complicado ha pasado ¿Entonces por qué mi corazón late con ritmo acelerado?

****

En la plataforma de EarthmyWorld refresco varias veces la página, observo el contador y número de suscriptores esperando que cambie un poco.

No importa cuántas veces lo hago el resultado es el mismo. Solo tengo un verdadero lector, tengo suscriptores, sin embargo por la ausencia de interés pareciera que solo han agregado la historia en sus bibliotecas virtuales, tal vez han leído el primer capítulo o no han visto ninguno, es imposible saberlo con el medidor de visitas ya que puede ser de la misma persona entrando y saliendo varias veces mientras que en el contador de seguidores no disminuye si lo han quitado de su lista.

La única forma de saberlo sería por las ganancias. Solo he ganado unos pocos dólares por mis libros anteriores pues alguien compró todos.

Seguramente fue Edw2238, parecen gustarle mis historias.  Debería sentirme agradecida por ello,  aun así me desalienta que solo una persona me vea.

[Debemos hablar del rumbo de tus historias]

En cuanto recibo su mensaje escondo mi cabeza debajo de la almohada.

Ah... seguro me dirá que fui una gran pérdida de tiempo.

—Cuánta oscuridad, Cady Cad, un poco más y te engulle las sombras.

Sarah abre la puerta y la luz de afuera se cuela entre la penumbra de mi habitación.

—Josh me va a llevar a una cita, es nuestro aniversario así que quiero llevar algo nuevo. Acompáñame a elegir ropa ¿Si?

Sarah sonríe tanto, ella es luz y belleza a comparación del desastre en que me he convertido. No me atrevo a negarme así que la acompaño sin decir nada más.

Mientras ella se pueda diferentes vestidos hasta elegir el que más le gusta, recibo el mensaje de esa persona.

[Mañana ven a mi oficina]

Evité contestarle. Si voy allá solo me dirá lo fracasada que soy.

Ni siquiera puedo culparle, estuvo pendiente de todo el proceso como un editor de verdad.

Mientras Sarah exclama emocionada que encontró el vestido perfecto, yo ya me he salido por la puerta. Me dirijo hasta afuera en la calle, necesito aire, si no respiro aire fresco creo que voy a desmayarme ahí frente a mi mejor amiga.

Camino entre las calles, Sarah me está llamando, le respondo vagamente que salí a responder el teléfono.

Es mentira.

Camino por la acera pensando en lo que sucederá mañana y en lo mucho que deseo que ese mañana no llegue nunca.

"De acuerdo, se lo diré"

Después de debatirme un momento y jugar con mis dedos para decidirme, finalmente me he armado de valor. Abro la pantalla en mi teléfono y comienzo a escribir [A qué hora necesita…] No he terminado de escribir cuando miro al frente, no suelo hacerlo nunca, solo esta vez algo me dice que voltee.

Es en ese mismo momento cuando lo veo.

Traje de marca en el mismo tono gris de siempre, cabello oscuro casi como chocolate, cuerpo fornido, espalda ancha, él está del otro lado de la calle justo frente a mí.

Él toma sin cuidado de la cintura a una mujer rubia, esa mujer es preciosa, lleva un vestido escotado que brilla como si fuera una estrella de cine.

Ambos ríen, él nunca sonríe de esa forma. Pensé que era un robot sin emociones, al parecer solo me mira a mí de esa forma.

Creí que desde esos gemidos jamás sentiría esto de nuevo, Pero ahí está. Un vacío en mi estómago, el abismo que me traga de forma invisible y el ardor en mis ojos. Mi respiración se detiene así como el tiempo cuando ellos se acercan y sus labios se unen.

Él no me gusta, yo tampoco le gustó a él. Es imposible que sienta algo pero quisiera salir corriendo lejos y olvidar lo que acabo de ver. Siento un soplo de aire gélido por dentro y un sabor amargo en mi boca. 

Antes de que él mire hacia el frente de la acera me doy la vuelta y corro sin ningún rumbo fijo. Lo único que deseo es alejarme lo más posible mientras estrujo la tela de la sudadera en mi pecho.

No sé ni cuántas cuadras he pasado, eso ya no importa. Por alguna razón mis pasos me llevan hasta el parque, ahí me siento un momento. Observo a mi alredor y espero a alguien que nunca llegará. Un hombre con una máscara que solo aparece como una silueta en la banca.

¿Quién eres?

Intento dibujar su rostro en mi cabeza, es completamente inútil.

Rápidamente su fantasma se desvanece y vuelvo a estar sola.

Resignada tomo el último autobús de regreso y me dirijo al departamento donde vivo con Sarah.

Cuando finalmente he bajado y tocado con el pie derecho la acera, me encuentro a mi padre quien parece estar ahí desde hace rato esperando frente a la puerta.

— ¿Candy Cad?

— ¿Qué haces aquí?

Respondo disimulando el temblor de mi cuerpo y voz.

—Ha pasado mucho tiempo, Candy.

Tomo la llave de mi bolsillo y giro la punta en la cerradura tan rápido como puedo.

— ¡Espera, Candy!

— ¡Vete! ¡No tengo más dinero!

— ¡Por favor no me alejes, eres mi única hija! ¡Perdona a este padre que te ha hecho tanto daño!

Mi padre me toma del brazo y lo alejo.

—Entiendo. De acuerdo, no te molestaré más, lo prometo.

Aliviada intento entrar cuando escucho un fuerte “PLAP”

Mi padre se ha abofeteado.

—Merezco tu desprecio, nada de lo que haga podrá recuperarte, hija.

Mi interior exclama que no escuché más y que entre pronto al departamento mientras otro lado de mí me pide que lo escuche.

—En medio de mi alcoholismo tuve tantos errores, después de rehabilitarme pude descubrir todo el mal que hice. Quiero enmendarlo todo, Candy Cad.

—Nada de lo que digas me hará creerte.

Volteo con la intención de ignorarlo cuando sus últimas palabras me detienen.

—Te daré la casa. Después de la muerte de Marigold tomé la casa aprovechando la falta de un testamento.

Suspiro y abro la boca.

—Entonces dame la llave. —Le muestro mi mano abierta y espero ver el llavero de Camelias que pertenece a mi abuela.

—No puedo hacerlo así, Candy. Si por alguna razón recaigo en ese vicio puede que esta vez la quiera de vuelta. —la seriedad con la que lo dice parece ser de verdad y no otra más de sus mentiras—Debes recibirla tu misma, legalmente. Voy a firmar una carta poder y te entregaré la casa. Solo debes firmar y entonces la casa será tuya.

Antes de poder responder escucho como si a alguien se le hubieran caído unas cajas seguido de una voz fuerte llena de enojo.

— ¡¿Qué haces aquí hijo de---?!

Sarah y Josh llegan detrás de mí mientras Josh agarra por el cuello a mi padre.

— ¡Largo! ¡Tú no tienes nada que hacer frente a mi departamento!

Sarah le grita y me mira con enojo mientras me empuja hacia la puerta.

— ¡Juro que solo quiero hacer lo correcto! ¡Si quieres de vuelta lo que te quité ven a verme, Candy, por favor ---!

Sarah le cierra la puerta en la cara y me ve con una cara de decepción.

— ¿Le creíste algo a ese desgraciado?

Niego con la cabeza.

—No creas nada de lo que diga ese mitómano ¡Promételo, Cady Cad!

—Lo prometo.

Ella me mira con seriedad y me rodea hasta que finalmente sonríe.

—Bien.

Josh Bury entra por la puerta y Sarah preocupada voltea a verlo. Lo primero que hace es buscar alguna herida en su abdomen.

Al abrir su camiseta se asoma una cicatriz.

No solo estuvo en el hospital por un arma blanca en su abdomen, debido al impacto también tuvieron que quitarle el apéndice que salió afectado.

Sarah acaricia el abdomen de su novio y este toma su mano asegurándole que está bien.

"Ese hombre no volverá a molestar aquí" dice él entre dientes.

Josh voltea a verme, su mirada parece fría llena de molestia.

Sarah lo abraza y de inmediato vuelve a ser apacible.

—Si se atreve a regresar avísame. Está vez le daré una paliza tal que le haré olvidar la dirección.

Asiento.

—Cuando te fuiste a responder el teléfono te vi tan perdida que pensé que estaba sucediendo algo malo. Menos mal le hice caso a mi intuición.

Sarah se acerca a la cocina y calienta agua para tres personas, prepara té de canela y leche que deja frente a mí.

—Se terminó la miel. —Dice con un poco de seriedad.

Nuevamente siento una mirada gélida. Josh niega con la cabeza y voltea hacia el contenido de su taza.

— ¿Qué fue lo que dijo ese remedo de padre? —Pregunta finalmente Sarah.

—Dijo que estuvo en terapia para curar su adicción y que quiere enmendar todo el mal que ha hecho---

¡BAM!

Josh Bury de inmediato se levanta de la mesa y Sarah lo persigue hasta la puerta.

—Disculpa, amor. Tengo unos asuntos que atender.

Su voz aunque parece tranquila suena agitada a lo lejos.

Después de que Sarah cierra la puerta de la entrada principal regresa a la cocina y se sienta a mi lado.

—No le creas. Alguien así jamás puede rehabilitarse.

—Dijo que me dará de vuelta la casa de mi abuela.

— ¡¿Y le crees ciegamente?!

Ambas nos quedamos calladas cuando Sarah se percata de cómo había elevado su voz.

—Cady Cad. Sé que has pasado por mucho, entiendo que busques desesperadamente su afecto. Si no fuera una gran basura humana no te evitaría que lo veas, créeme— me toma de las manos—Por favor prométeme que no lo verás más. Si continua fastidiando llámame.

—Lo prometo.

Sin embargo la caja de Pandora ya se abrió.

Esa noche finalmente respondí a su mensaje.

[Entendido, el miércoles a las 10 de la mañana]

***

Es martes, justamente una madrugada de Abril, Sarah me ha despertado y está muy emocionada.

— ¡Cady Cad! ¡Mira!

Me muestra su dedo anular izquierdo, lleva un anillo.

—Me voy a casar.

¿No es demasiado pronto casarse en Mayo?

¡Vamos, apenas le pidió casarse y se casarán en poco menos de cuatro semanas!

Sarah está tan contenta que estoy segura que no ha notado mi mirada perdida en el teléfono.

***

Sarah invitó a todas sus amigas tanto del trabajo como aquellas que estuvieron con ella en la universidad. Cuando eligió su carrera deseaba ser abogada, según sus propias palabras quería ayudar a las personas que vivían situaciones injustas y defenderlas del verdadero mal. Le bastaron unos pocos semestres para descubrir que el sistema es un asco lleno de injusticias.

Aunque desistió de la abogacía se le da mucho el cambio de imagen así como el maquillaje y el peinado. Actualmente estudia para hacerse de su propia estética y boutique. De vez en cuando experimenta conmigo, ahora le ha dado la idea de arreglarme para su fiesta y me ha hecho ponerme un vestido negro escotado con cintas detrás en la espalda.

— ¡Te ves preciosa! ¡Esta noche relájate, Cady Cad!

Ella eligió un maquillaje sencillo y de apariencia más natural. Dice que mis mejores facciones están en mi rostro. A pesar de sus esfuerzos mi mente está en otro lado. Acabo de meter la pata en grande, si le digo a Sarah lo que sucedió me dará un buen sermón y quizá se decepcione tanto como para romper nuestra amistad.

Lo único que puedo hacer es simular una sonrisa y dejarme llevar por ella a un bar de moda para celebrar su pedida de mano.

Para ella es tan natural como respirar esas habilidades de habla y su encanto especial que le atrae muchas amigas. No conozco a ninguna de ellas pero parecen aceptarme en el círculo e intentan integrarme en su animado grupo.

— ¡Pidan lo que quieran, yo invito! —Sarah grita entusiasmada y todas responden emocionadas.

No estoy segura quién fue la de la idea, pero han contratado a unos strippers en pleno bar para hacer la fiesta más divertida. Todas gritan emocionadas cuando uno de ellos baja el liguero de una de ellas con los dientes. Yo también llevo uno de color blanco que con insistencia de Sarah he cedido a ponerme. Sin embargo lo que sucede frente a mí me parece asqueroso y me llena de nauseas el solo pensar que un hombre desconocido ponga su boca cerca de mi muslo y respire.

— ¿Cady Cad, A dónde vas?

—Quiero ver qué opción de bebidas tienen en la barra.

—Claro, ve y pide una buena, te sugiero garganta profunda o un sexo en la playa---

—Sí, eso haré. Regreso…er…en un momento.

***

Pedí una bebida en la barra después de mirar avergonzada todos esos nombres en doble sentido. Elegí la que fuera menos amarga, veo en la aplicación bancaria una gran cifra de más de 5 dígitos en negativo. Es lo que debo al banco ahora.

Ese desgraciado que tuve la desgracia de llamar mi progenitor volvió a engañarme. Le creí, fui tan estúpida…

— ¡Otra!

¡Me dejé engañar como una estúpida! ¡Lo peor de todo es que esta vez me he metido en un lío demasiado grande!

Una deuda de ese tamaño no es cualquier cosa, jamás acabaré de pagarla con tan pocos ingresos.

Ni siquiera toqué ese dinero,  tampoco recibí aquello por lo que me he arriesgado de esta forma, alguien más tiene esa casa que quiero recuperar y solo me la dará de vuelta si pasó la noche con él.

No tengo nada más que mi primer beso, mi primera vez. Tampoco es que tenga un novio o alguien por quién guardarme.

— ¡Otra!

¡No soy como ese demonio que puede besar a distintas mujeres y acostarse con ellas! Lo odio, aunque no tengo planes de casarme en el futuro ni puedo tener hijos eso no significa que no valore la importancia de una primera vez. Si lo hago no estaría traicionando a nadie pero si estaría traicionándome a mí misma al aceptar un trato así.

—Ya son demasiadas, señorita.

— ¡¿Cree que no tengo dinero?! ¡Mi amiga paga!

Necesito más, quiero olvidarlo todo, quiero arrancarme esta decepción, todo este dolor que me mata por dentro.

—Sirve otro a la dama.

Una voz masculina habla cerca de mi oído y su fuerte mano se ve vigorosa y atractiva.

¿Eh?

¿Por qué se parece a mi jefe?

Aunque todo da vueltas parece que estoy alucinando a mi editor al que veo ahí a un lado mío, no solo está aquí también parece aventarme los lobos ¡A mí! ¿De verdad me cree guapa?

No, eso es imposible. Él nunca me creería atractiva.

— ¿Cómo sabes que no eres mi tipo? Igual te llevaría a la cama si quisiera.

¡Ja, ja, ja, qué adulador!

—Creo que eres… bonita.

“Bonita” como una mascota, nuevamente delimitando nuestra diferencia de edad. Bonita es una palabra tan vacía como las promesas de mi padre, tan falsas como una relación con un sugar Daddy como el que me quiere presentar mi padre.

¿No sería mejor si no soy virgen? Quizá si encuentro un hombre mayor que quiera pagar mi deuda que sea de buen ver no me sienta en el abismo como ahora. Al menos no habré entregado mi valiosa primera vez a alguien que no me gusta por un inmueble como si fuera...

— ¡Oye, ni siquiera pienses en eso! —Él parece molesto por lo que dije— ¡¿Acaso te sería agradable tener un tipo gordo y arrugado sobre ti?!

Por eso pienso que si es guapo y lo elijo decente sería menos horrible ese asunto. Solo debo encontrar un hombre que sea apuesto y que me trate con respeto. Si es guapo por lo menos podrá mostrarme algo de luz en medio de toda esta oscuridad.

—Si tanto piensas venderte a alguien entrégate a mí…

Él parece sonrojarse y los gestos que hace son graciosos. Estoy segura de algo aunque he bebido de más y apenas puedo pensar en lo que digo… Él sabría respetarme, no es un cerdo lujurioso que me verá como si fuera un filete que debe comerse crudo.

¡Aprobado!

“Sugar Daddy” suena mucho mejor que decirle Demonio de Lupus.

Ha estado con muchas mujeres sabe cómo tratar a una. Es guapo y puede hacer comentarios interesantes sobre diferentes libros, incluso si es un maldito mujeriego jamás me aburriría con sus conversaciones.

Señor Eardwulf...

Toma mi primera vez, prefiero que me comas tú aunque seas un lobo feroz, que un completo extraño que seguramente es tan basura como mi padre. Si están en el mismo círculo dudo mucho que sea una buena persona.

***

Hemos salido del bar y creo que acabo de arruinarlo por completo.

— ¡Me acabas de vomitar todo el asiento!

Cierto, su odio hacia mi empezó por ese mentado tapete y mi vómito sobre su tapete con nombre al que aprecia más que la integridad de un ser humano.

"Entonces tíralo" Digo automáticamente.

Esta sucio y ya no sirve, igual que yo.

No sé qué habré dicho o que sucedió después, él se ha quedado callado y dejó de lamentarse por su asiento. La puerta de su carro se cierra nuevamente y rápidamente sube al asiento del copiloto. Aunque tengo los ojos cerrados a ratos escucho su voz.

"No sé qué me sucede, acabas de vomitar todo mi asiento y me siento como si fuera yo quien ha hecho algo mal"

"Dime, pequeña ¿por qué siempre terminamos en vomito?"

No escucho bien debido al sueño pero el sonido de sus palabras parece ser suave como un arrullo. Me gusta su voz.

"Señor Eardwulf" alcanzo a decir poco antes de que me engulla por completo Morfeo.

"Tch, algún día te quitaré ese mal hábito, pequeña revoltosa"

Señor Eardwulf, si este es un sueño quisiera dormir para siempre. Estos días en que fuiste mi editor y lo poco que convivimos espero recordarlos por siempre… Pensándolo bien, desearía olvidarlo porque cuando despierte de este dulce sueño ahora que sé lo que es tener un poco de interés del gran mujeriego Wolf, no podré soportarlo cuando después de la media noche vuelva a ser la cenicienta en harapos.

-----

No recuerdo exactamente lo que soñé, debió ser algo muy pesado pues me duele todo el cuerpo y me pesan los ojos. También me duele la cabeza como si me hubieran metido un gran taladro.

Alargo mi brazo y siento algo caliente contra mi mano.

— ¿Ya estas despierta, pequeña revoltosa?

Aún me pesan los párpados que apenas puedo abrir, me tallo los ojos y él me sonríe. 

—Buenos días...

Respondo con un gran bostezo, mi mano siente su pecho desnudo y salto con el cuerpo de espaldas cuando descubro a Ery completamente desnudo ¡Peor aún, yo también estoy desnuda!

— ¡Ery! ¡¿Por qué no llevas nada...?! ¡Pervertido! ¡También me has desnudado!

—Fuiste tú quien me desnudó completo.

Oh por dios... ¿en serio le hice eso? Jalo la sábana y la envuelvo en mi cuerpo, debería acostumbrarme pero estoy demasiado confundida ¿Lo hicimos? Veo el Japamala en mi mano y tengo nuevas perlas ¿Una de ellas es por la primera noche?

Al verme confundida y avergonzada Ery se ríe y me jala hacia él abrazándome con fuerza.

— ¿no te acuerdas? Tuve que detenerte antes de que vomitaras sobre la tumba de mi madre--

— ¡Lo siento mucho! —Nuevamente lo empujo y me levanto pidiendo disculpas como endemoniada.

¿Cómo pude hacer eso?

Ery se ríe y de inmediato me ve con seriedad.

—Espera ¿no lo recuerdas? ¿Hasta dónde olvidaste?

—Después de que dijimos que quien no responda debe beber como castigo.

—Bueno, ya me lo habías advertido, así que sobre aviso no hay engaño ¿cierto? —Se rasca la cabeza y suspira—Miento si digo que no me molesta en absoluto, sin embargo no puedo juzgarte por algo que no olvidaste de manera intencional.

Aunque Ery es mucho más joven parece más tranquilo y maduro. Pensé que al igual que mi editor me vería bajo después de revelarle sobre mí, también que se enfadaría si me olvidaba de la noche anterior.

Ery se muestra comprensivo y no me reprocha lo que hice o dije.

— ¿Ya te vas?

—Quisiera quedarme y contemplar tu cuerpo desnudo todo el día pero tengo mucho por hacer. —Me dice Ery mientras se vuelve a vestir rápidamente.

Una parte de mí desea que se vaya pues me siento avergonzada por mi posible comportamiento y otro lado de mí quisiera pedirle que se quede un momento. Tengo demasiadas preguntas y poco valor para decirlas. Vuelvo a sentarme en la orilla de la cama y toco mi cabeza, aún persiste la jaqueca.

Él se detiene un momento y me observa, su mirada es tranquila y tiene un pequeño brillo que no le había visto antes.Ery me toma por la mejilla sin decirme nada más y se inclina, en cuanto sus labios tocan mi frente, a pesar de la gran resaca que traigo, siento como si fuera mantequilla y me derritiera con el calor de su piel.

—Descansa un momento más.

Mi mano en automático toca el mismo lugar en la frente donde estuvieron sus labios mientras veo la puerta cerrarse lentamente.

¿Qué me pasa…? Abrazo su almohada y hundo mi cara en ella pensando en quedarme ahí para siempre.  Fue solo un beso en la frente pero se siente como una ola caliente que se extiende por todo mi cuerpo. Hundo más mi rostro mientras Chiara gruñe y dice con una voz débil que me comporto como una adolescente lo cual hace que me avergüence más.

Maika Maese

En medio de los sueños de recuerdos olvidados que desean regresar, Cadence cuenta una historia algo diferente a la que ella ha mencionado al principio. La noche de abril en que él comenzó a verla de manera diferente de forma consciente. Vengo con dos capítulos largos hoy y mañana uno más, disculpen la falta de actualización esta semana, tuve algunas complicaciones.

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