Capítulo 73- Eren Eardwulf en Escena parte 6-2

TOCTOCTOC

Si algo tengo bueno es mi sentido de audición. Puedo saber quién está detrás por su forma de tocar, no importa si tiene más de una forma de hacerlo siempre reconozco lo que hay detrás, desgraciadamente esa persona siempre toca igual haciendo que los golpes suenen como si fueran notas musicales.

—Largo de aquí, Ed.

CLAC

Y mi hermanastro entra de todos modos. Es mi hermano menor sin embargo no compartimos ninguna onza de sangre ni ADN.

— ¿Qué pasó allá, Er? Se escuchó por todo el pasillo la discusión con la autora a tu cargo.

—Eso no te incumbe, Ed.

—Claro que si, en primera es la empresa de nuestro padre y nuestro abuelo, en segunda... No puedes tratar así a los autores a tu cargo. Si no estás despreciando trabajos que no son de tu gusto, estás seduciendo y acostándote con ellas.

— ¿Y eso en qué te afecta "hermanito"?

—No es correcto lo que estás haciendo.

— ¿Ah sí? Dime, Ed. ¿Alguna vez has deseado algo al grado que pierdas la razón por ello? No, claro que no.

Veo a mi alrededor, todo lo he obtenido por mi propio esfuerzo. Incluso si soy un Eardwulf el desprecio de mi padre no me da ninguna posición privilegiada. Solo mi abuelo puede conocer todo lo que me he esforzado para ser alguien en este lugar.

Edward no tuvo que hacer nada, con solo existir tiene a todos comiendo de su gentil mano como si fuera un ángel inmaculado.

—Er, si la sigues tratando así nunca le vas a gustar así como nunca le gustaste a esa niña.

Sorprendido miro hacia su lado pero ese desgraciado ya se fue.

Ni siquiera me ha dado el tiempo de responder y dejó la maldita puerta abierta porque nunca recuerda cerrar bien antes de entrar… O salir.

Pero eso ya no importa, las tres oportunidades se me acabaron y Cadence debe tomar su elección. Si ella no me pide ayuda no voy a hacer nada, ella debe decirlo.

Observo mi teléfono impaciente sin embargo sé que tardará en tomar la decisión que me alejará para siempre o me dará la bienvenida a su vida. Como abrir la ventana a un vampiro o mostrarle el cuello a un hombre lobo en señal de respeto.

Si ella no me muestra el cuello y dice que se entrega a mi. entonces debo mantenerme así, entre las sombras. Y si decide no aceptarme entonces no hay más que pueda hacer, yo no suplico ni me pongo de rodillas por nadie.

Luego, como si fuera un milagro, mi teléfono comienza a sonar y su nombre aparece en la pantalla.

¿Es para aceptar mi oferta o es para rechazarme?

Suena una vez, mi corazón late como loco. No quiero que me rechace... Si lo hace no lo intentaré más.

Presiono el botón verde pero no sale ningún sonido de mi boca.

No sé ni que decir y solo puedo rezar en mi interior que sea la llamada para confirmarme el destino de nuestra relación.

— ¿Si, editor?

Elígeme, por favor abre la ventana...

Escucho su respiración por el teléfono y el sonido de un trago

¡¿Está tomando?!

—Voy a escribir esa novela de Licántropos que quiere.

Con eso ha firmado que me da su consentimiento para atacar con todo lo que tengo y así reclamarla como mía.

Cadence Beckham, si tú me lo pides seré tu lobo y te protegeré ante todo.

—Vaya, creí que habías dicho que tú decisión es firme.

¡Agh, no tengo remedio con mi arrogancia…!

— ¿Lo toma o lo deja?

—Debería ser yo quien diga eso, Señorita Beckham.

De eso nada, estaré dispuesto a todo menos a que ella sea quien me lleve de la correa. Ella es mía, no al revés.

Su silencio me hace flaquear. Ya me dio la oportunidad... No puedo arruinarlo.

—De acuerdo, lo tomo— Digo con la voz más calmada que puedo.

—Bien, pero tengo una condición.

Te daré lo que quieras si me lo pides.

— ¿Cuál condición?

—....

Su silencio me dice exactamente lo que va a pedirme. Seguro es dinero, siempre lo necesita.

—...Adelanto.

Sí, sé que lo iba a pedir, aun así tenía la esperanza de que me dijera otra cosa.

—Los libros se pagan cuando el primer capítulo esté listo, no hay excepciones.

—Por favor, en realidad necesito pagar unas cosas para... Eh... Material de investigación.

Mentirosa, de referencia no compras un carajo, ese dinero va para el apostador de tu padre, para saldar deudas ajenas o mantener a alguien más en el hospital, nunca lo usarías para ti.

—Soy mayor que tú por lo menos cinco años, no me chupo el dedo.

—....

Suspiro al pensar que tan desesperada debe estar para aceptar mi trato y seguro debe estar bebiendo como siempre evadiendo la realidad negándose a aceptar que alguien le tienda la mano.

—De acuerdo, ¿Cuánto necesitas?

Escucho su grito ahogado aunque lo reprime, su voz me hace sentir tantas cosas desde frustración hasta felicidad porque al final cuenta conmigo.

—Unos 2,500 dólares.

¡¿Tan poco?!

— ¡Quise decir 500!

¿Por qué se retracta y lo reduce? ¿Acaso cree que no tengo lo suficiente como para mantener lo que sea que necesite? Este lobo te puede comprar una casa si tan solo me la pides mostrando tu cuello para que lo lama y prometas darme todo de ti.

—De acuerdo, te haré la transferencia.

— ¡Espere! ¿Es posible recibirlos en efectivo?

¿Eh? ¿Por qué? ¡¿Quién te persigue o por qué debes ocultar tus ingresos?!

— ¿Por qué? Es más rápido por transferencia.

TUUUUN TUUUUN

¡La condenada me colgó!

— ¡Maldición, estuve muy cerca!

¿Por qué? ¿Dije algo malo? ¿Fue demasiado preguntarle por sus razones para no recibirlo por transferencia?

¿Va a llamar de nuevo?

Dejo el teléfono en mi escritorio y espero por varios minutos, una hora, dos horas... Llega la hora del cierre de la oficina y sigue el teléfono silencioso.

Manejo hasta mi departamento y continúo esperando. Ya no puedo más, sé que dije que no voy a rogarle pero la espera me está matando.

DUUUN DUUUN

{El número que usted marcó está apagado o se encuentra fuera de---}

—¡Maldición!

Ya no sé si lo apagó para que no la pueda contactar o si corre peligro.

Toda la noche doy vueltas esperando una llamada o una señal.

Vuelvo a llamar, aunque no es hora decente debo saber que pasó.

Nuevamente suena la contestadora robótica y fría.

—¡Pues que se j*da!

Digo aventando el teléfono y me acomodo de costado en mi cama sin poder pegar el ojo hasta que veo el sol golpeando en la ventana.

Si voy a perder al menos que me lo diga en la maldita cara.

Reviso en los archivos de la empresa de mi computadora, es información confidencial y no debería estar indagando la nueva dirección de Cadence.

No me importa, finalmente doy con ella y me dirijo a Tyley para buscar su nuevo domicilio.

Cuando finalmente llego debo corroborar tres veces la dirección porque no me lo puedo creer.

Las calles son horribles y mal pavimentadas, el edificio que aparece en la dirección es tan viejo como el tiempo y hay varias ratas corriendo sobre el basurero frente a este.

¿Ese es el lugar donde ahora vive?

Parece que los 3,500 dólares que retiré ayer del cajero no serán para nada suficientes para esta mujer.

Anoche antes de llegar a mi departamento, a pesar del infernal tráfico luché contra este hasta llegar al banco y retirar del cajero, 2000 no parecía suficiente así que retiré 3,500. Me arrepiento de haber sacado tan poco…

Ese dinero viene de mi propia cuenta, nada es de la editorial, los números rojos y sus bajas ventas me impiden aprobar otro préstamo o darle algún adelanto. Incluso hay un prestamo de una suma grande de la que no estaba enterado, así que he decidido tomar esto como una especie de pago por comisión personal sin que lo sepa. Es mi pequeña inversión para levantar ese talento que sé que tiene ahí escondido y para levantarla a ella hacia mis brazos.

Solo se los daré si me pide, es la regla que me puse, así que guardé el dinero en un sobre. Si niega mi ayuda de nuevo deberé alejarme hasta que me busque por su cuenta. Incluso si verla sufrir en silencio en completa soledad me sofoca en mi interior, no voy a mover un solo dedo si no es ella quien me suplica por esa ayuda.

Bien, es todo o nada. Quiero apostarlo todo en este movimiento.

Bajo del vehículo, de inmediato una de las ratas corre debajo de mis pies,  asqueado pienso en que quiero sacarla de ahí ya mismo. Entro y el interior es aún peor que la fachada por fuera, en la información de Cadence dice que su departamento es el #166 supe de inmediato que el destino me llamaba a seguir intentando solo con ese dato. Del departamento #66 de aquella noche de Abril al #166 siendo el #1 universal y el 66 la unión de dos lobos.

Los números no tienen orden entre los departamentos así que busco dando vueltas entre cada uno de los pisos. En cuanto llego al piso tres, el último, escucho a una mujer hablando con otras personas.

La mujer no menciona el nombre de Cadence sin embargo sé que habla de ella al dirigirse por el número de su departamento. Entre sus palabras me quedo parado y no puedo evitar escucharlo todo, no ha pagado su renta, su recibo de luz está vencido y… están a punto de apagar el interruptor.

—Disculpe que la interrumpa— No debería entrometerme pero es más de lo que puedo tolerar—  ¿Puede esperar 20 minutos antes de que lo haga?

Antes de que diga algo le muestro un billete de 50 dólares. La mujer lo toma sin rechistar.

—10 minutos— Dice la vieja chismosa y argüendera.

Saco otro billete de 50 y la mujer lo toma.

—15 minutos.

¿Por qué 15 si le estoy dando el doble?

A regañadientes le resbalo otro billete de 50. Vaya manera de gastar mi dinero por esta chica problemática.

—35 minutos, no más.

35 minutos por 150 dólares, debo estar loco, casi 5 dólares el minuto, ni siquiera por una llamada al extranjero me sacarían tanto.

Bien, con esto me da tiempo para convencer a Cadence de que acepte el dinero y que pague de buena vez lo que debe. Toco su puerta pero nadie responde, toco dos veces más y sigue sin responder, seguro debe estar ahogada en alcohol.

¡BAM! ¡BAM!

Toco con la suficiente fuerza para que me escuche, solo tenemos 35 minutos antes de que la vieja extorsionista la deje sin luz. Trato de llamarla pero sigue apagado su maldito teléfono.

¡BAM! ¡BAM! ¡BAM! Toco ahora si con todas mis fuerzas.

En cuanto abre la puerta le reclamo que haya tardado tanto, la veo poco alegre así que tengo la certeza de que está libre de alcohol. Menos mal.

Desde su puerta abierta veo el estado lamentable en el que vive, ese departamento no debería ser apto para que un ser humano viva ahí.

Justo cuando entro, la vieja forra apaga el interruptor y todo queda casi en penumbras. Cadence enciende su teléfono y con una lámpara rebusca en una caja, una maldita caja donde tiene apiladas todas sus cosas incluso su ropa. Finalmente encuentra unas velas grandes y me pregunta por un encendedor.

Maldigo mucho no tenerlo porque no llevo uno desde que dejé de fumar, solo una vez traje una caja de cerillos y fue porque ya llevaba la intención de encender una vela en mi cumpleaños. Cuando le niego traer uno me mira como si eso le molestara y se dirige a la cocina, tiene un pequeño frigo bar que dudo mucho le quepa comida ahí, no hay un solo plato en el fregadero. Seguro no ha comido.

—Será mejor revisar que no tengas perecederos en caso de que se tarde en regresar la luz—Digo buscando una excusa para liberar mis sospechas.

Me esperaba ver aunque fuera un rábano pero está totalmente vacío. Ni siquiera una rata vive así.

— ¿Por qué no tienes comida ahí? Te he dicho que un buen autor debe alimentarse adecuadamente…

Entonces la veo ahí, justo encima del mostrador, una lata de cerveza. ¡Lo sabía! ¿Por qué? ¿Por qué tiene que vivir de esta forma tan miserable? ¡¿Qué tan bajo debe caer para aceptar que no puede estar pasando por esto sola?!

—Un autor no puede vivir de cerveza, ahora mismo vas a comprar comida decente.

Me mira como si fuera un fastidio, como es silenciosa y no me responde sin tapujos estoy seguro que está sobria sin embargo quiero confirmar.

—Estoy sobria.

Su respuesta me da alivio, no sé cómo puede tener dinero para una cerveza y no para una comida decente. Bueno, ella ya me había dicho una vez que cuando alguien se quiere perder tiene sus trucos.

Dije que solo se lo daría si me lo pide, pero sé que lo necesita más que nunca. Si espero a que ella caiga bajo tal vez ni siquiera me lo pida y se desfallezca en este horrible lugar como una flor marchita, que irónicamente ni siquiera ha podido florecer pues fue arrancada como un pequeño brote al perder a su madre y su abuela.

Solo esta vez, por única vez te voy a ayudar.

Meto mi mano debajo de mi saco y aunque sé que es demasiado poco le dejo el dinero sobre el pequeño mostrador de esa diminuta cocina que ni siquiera tiene estufa.

No la veré a los ojos porque si veo la desesperación que tiene puedo romper con mis propias reglas y cometer un grave error.

—Creo que con eso es más que suficiente para que pagues la luz, compres comida decente y pagues la renta.

No, no es suficiente. Me arrepiento de haber sacado tan poco. Pero ni siquiera me lo has pedido así que toma esto como una comisión, vas a trabajar para mí escribiendo la historia que deseo.

Antes de salir, con la vela en la mano noto un candelabro de metal de esos antiguos, ella vendió varias de sus posesiones y solo conservó esto, seguro debe ser importante para ella. Acomodo con cuidado la vela esperando que la proteja, salgo antes de que me arrepienta de dejarla sola y el impulso me gane deseando llevármela lejos de este lugar tan deplorable.

***

Tyley sigue inmóvil frente al estacionamiento, tengo trabajo que hacer sin embargo el deseo de regresar a ese lugar me abruma.

No, ya hice demasiado e incluso he cometido varias faltas con el plan y mis propias reglas. Con lo que dejé puede comenzar a levantarse un poco…

Sin embargo frente a mi escritorio no dejo de ver mi teléfono móvil, ¿Ya habrá vuelto la luz? ¿Y si la vieja chismosa a pesar del pago la penalizó con un día o se hace la loca solo por fastidiar?

Lleno de pensamientos de posibilidades le escribo a su teléfono rompiendo otra vez mi propia regla.  Al diablo las reglas, si se muere ahí me perseguirá el fantasma de la culpa por mi ineptitud como su editor… Además, le prometí a su yo borracha que no dejaré que me cierre la puerta nunca más.

Escribo un mensaje que jamás me responde, luego dos, luego tres… He perdido la cuenta de cuantos envié. Le envío saldo por si esa es la razón que no responde y sigue sin responder.

Luego preso por las dudas que ya no puedo contener, le llamo por teléfono. Cuando responde y su voz parece estar normal siento alivio.

***

Nuevamente me encuentro afuera de su departamento, si, nuevamente estoy quebrando mi maldita regla pero es algo imperativo. Conociendo a esa mujer seguro no usó el dinero, algo me dice que su orgullo no le dejará disponer de este hasta que crea que lo ha ganado.

Y por tanto, muy seguramente no tiene ningún material de referencia. En mi mano llevo una bolsa con mis posesiones más valiosas, los libros que más aprecio y que no dejaría a nadie tocar, estos libros y novelas deben servirle como referencia. Son los mejores que hay.

Llamo mientras subo las escaleras.

— ¿Sí, señor Eardwulf?

— ¿Tienes material de referencia?

—Por supuesto, dije que usaría ese dinero para eso.

—Entonces dime, ¿Cuál es la diferencia entre un lobo y un licántropo?

Con esa pregunta espero que me admita que no tiene nada, que necesita mi ayuda y así pueda prestarle estos libros. Pero la condenada solo sabe dar evasivas, gruñendo porque me molesta que no pueda doblarse ni un poco, doy de nuevo el primer paso mientras subo el último escalón hacia el tercer piso.

—De acuerdo, ya que soy un editor preparado te prestaré mis libros y referencias de ese tema. Debes leerlos todos y una vez termines comienza de nuevo. Conociendo tu pobre y nulo sentido común seguro has comprado cuanto libro hayas encontrado sin notar si es información útil.

De verdad no entiendo que me pasa, nueve de cada 10 veces que le hablo me sale por la lengua algún comentario que solo me aleja de su confianza.

Sin despegar el teléfono de mi oído le anuncio que estoy afuera de su puerta.

Pero se tarda más de cinco minutos en abrir.

— ¿Por qué tardaste tanto?

—Ah… Ni siquiera me dijo que estaba aquí.

—Ten— En cuanto le doy la bolsa su cuerpo es tan débil que casi se cae al suelo con tan poco peso, miro hacia los lados y como sospeché sigue en la penumbra— ¿Aún no arreglan el tema del apagón?

Me mira como si pudiera ingeniárselas sola y con una actitud de “que te importa” me evade estando a la defensiva.

— ¿Qué harás si se incendia tu departamento?

—Son velas, no unos lanzallamas…

Me sorprende su forma afilada de responder hoy.

Le quiero explicar con estadísticas las tragedias que pueden pasar con una vela en un mal lugar cuando la casera chismosa abre la puerta, si, la vieja abrió la puerta con un juego de llaves propio y le pregunta por la renta.

No quepo de mi propia sorpresa al ver lo malditamente peligroso que es esto de que alguien más pueda entrar a su departamento y que irrumpa de esa manera.

Me trago las ganas de rayarle una buena con las groserías que nunca he dicho (porque soy un caballero) y con mi sonrisa de conquistador le pido que espere. Cuando salga de ahí se la voy a armar como no tiene idea.

Cierro la puerta para que Cadence no se percate de mi enojo y le pregunto conteniéndome.

— ¿Cuánto?

Y todavía me pregunta ingenuamente a que me refiero. ¡La renta, la maldita renta de este lugar horroroso! ¿Cuánto es?

—400 dólares.

— ¡Tch!

¡No puedo creer que por tan poco la vieja esa irrumpa en un departamento, deberían demandarla por eso!

En cuanto abro la puerta fulmino a la señora con la mirada.

—500 por los intereses y vuelva a encender la luz.

Cierro la puerta y le pregunto por qué no ha usado el dinero del sobre. Su respuesta me deja perplejo.

—Por error me puso dinero de más.

¡JODER! ¡¿Por qué es tan linda?! Cualquier otra persona como la vieja chismosa de allá afuera habría tomado el dinero sin decir nada. pero ella se ha quedado sin usarlo porque creyó que me había equivocado…

— ¿Crees que soy un idiota que puede confundir cantidades en un sobre?

Significa que es tuyo, completamente tuyo, úsalo como te dé la gana.

Cadence abre el sobre y saca un billete de 500 dólares y extiende su brazo hacia mí. Es tan correcta y a la vez tan orgullosa, me encanta su rectitud, sin embargo me desespera a la vez que sea así. Me niego a aceptarlo, le digo con tranquilidad que no es necesario que me lo devuelva.

—Solo hice eso para agilizar las cosas. Tómalo como un favor a una autora problemática para que haga bien su trabajo.

¿Qué mi cerebro no conecta con la boca?

Luego veo una libreta donde ha estado anotando cosas, incluso sin luz se las ha ingeniado para hacer su trabajo. No podría sentirme más orgulloso.

En cuanto veo sus anotaciones, me encuentro algo que me llama la atención.

“Alfa Ery Avery”

La descripción de este es como si me hubiera plasmado ahí, incluso el “Ery” es tan descarado que me causa ternura.

Ella lo sabe, soy su Alfa.

Leo su sinopsis genérica, de verdad le urge ese material de referencia.

Sin embargo quedo sorprendido al leer el nombre de alguien a quien trato de no mencionar nunca. Si fuera más asertiva, como cuando está borracha, me habría creído que es esa misma chica.

Quiero decirle que lo ha hecho bien sin embargo, por algún motivo, cuando hablo solo meto la pata así que me quedo callado. Mejor se lo enviaré por escrito, al menos antes de enviar el mensaje puedo leerlo varias veces y sonar menos golpeado.

***

Después de enviar el mensaje que escribí mientras bajaba las escaleras, me encuentro con la vieja chismosa.

— ¿Sabe que abrir una puerta aunque sea de su propia inquilina es penado por la ley? —Esta vez lo voy a pasar pero no me contendré después—Si vuelve a abrir esa puerta será para recibir un citatorio por escrito.

La vieja chismosa me mira asustada y salgo a la calle.

Por la tarde antes del fin de la jornada laboral ya he terminado todos mis pendientes. Aún faltan algunas horas para anunciar la salida, sin nada más que hacer reviso su última obra escrita para hacer anotaciones de lo que podría sugerirle que haga en esta nueva historia.

En realidad solo me leí el inicio del capítulo final ya que estaba más enfocado en pegarle con publicidad hasta la médula incluso con recursos propios.  

Corregí detalles mínimos sin embargo no me enfoqué en la historia porque no quería distraerme como su admirador.

En cuanto comienzo no puedo parar de leerlo hasta llegar a las palabras finales, no puedo creer que ni siquiera haya logrado cautivar a alguien. Es una historia muy buena sin embargo poco comercial, lamentablemente hasta un artista debe aprender a venderse en la disquera como un artículo a merced del consumidor. Si no te adaptas, quedas en el olvido.

Para cuando llego al capítulo final me impacta tanto el giro de trama y la revelación de que la protagonista fue el asesino todo ese tiempo. ¡Vaya! Así que tiene un desorden de personalidad… Cadence, tus habilidades son increíbles a pesar de no terminar la carrera.

Es entonces que cometo el error más grave y una mancha permanente a mi regla más importante…

 Justo debajo de mi comentario genérico que solo agregué para simular que hay audiencia como se me ha hecho costumbre, escribo un mensaje:

[Aunque ya han pasado dos meses desde entonces, espero con ansias para leer su próxima historia]

¡No, qué estoy haciendo…! Eso es involucrarme demasiado sin ser invitado primero.

Sin embargo, antes de poder eliminar el mensaje, una nueva notificación me abre una puerta que jamás creí que podría abrirse.

Por medio de mensajería privada, Cadence me responde y suena tan conmovida con mi mensaje. Por primera vez tengo unas palabras suyas que no son acerca de trabajo, como esas palabras de dedicatoria en su libro. Las palabras sinceras de su corazón que se abren un poquito para mí.

----

Seis meses después- Presente.

Desde ese momento en que abrió esa pequeña puerta en el lugar más inesperado, pude conocer un lado de ella, ese lado que solo me habla así cuando está con una bebida alcohólica.

Aunque me dije a mi mismo muchas veces que esa identidad falsa era como engañarla no pude dejarla. Era la única forma en que ella fuera genuina, divertida y espontanea conmigo.

Podía decirme lo que piensa y lo que siente, podía ser más cercano que nunca pero un día descubrí que eso no era suficiente, deseaba más que solo ser su admirador, quería ser su confidente. El peaje tenía un precio muy alto pues además de tener que ser extra cuidadoso con mi identidad falsa para no ser descubierto por ella…

Me convertí en mi propio rival.

Veo en mi telefono la cantidad inmensa de iconos con aplicaciones de comida que he instalado en estos ultimos meses y las viejas notificaciones de entrega que han llenado el buzón de mensajes. Son tan solo algunas de las pruebas de mi doble vida como su editor y su admirador que se convirtió en su amigo.

Selecciono cada una de ellas y finalmente presiono en "desinstalar" pronto la pantalla vuelve a ser perfecta y minimalista como debió ser desde siempre. Con esto puedo comenzar a eliminar sus rastros hasta que pueda volver a ser yo mismo. En cuanto me desplomo en mi asiento suelto un gran suspiro, debería sentirme más ligero pero todo mi cuerpo me pesa. Cadence Beckham ¿En dónde estás ahora?

Maika Maese

Cada vez que intentaba esforzarse fallaba notablemente, pero justamente el momento en que se equivocó sin ningún plan en la mano encontró aquella oportunidad de oro que tanto deseaba obtener. Todo comenzó con fallos, para él quien solo conoce la perfección está detrás de una mujer llena de defectos a la que conoce lentamente a través de sus mensajes anónimos. Poco a poco ese hombre devela todo desde su desesperada perspectiva.

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