Comencé a dar vueltas por todo el lugar pensando en las palabras de cada nota.
"El lugar donde todo comenzó "
“Ese es tú comienzo… ¿Cuál fue el nuestro?”
Piensa bien…
—El lugar donde todo comenzó para los dos…
Vamos Hanna tú lo sabes…
Y ahí frente a mis ojos estaba la respuesta.
Corrí nuevamente hacia la salida de la universidad, de vuelta a los estacionamientos y ahí estaba él. Sentado bajo el mismo árbol que estuve yo hace ya más de dieciséis años leyendo el libro que necesitaba. Una sonrisa se plasmó en mi cara al verlo tan ceñudo y ahora con unas pocas canas en su cabello.
Me acerqué lentamente y le hablé.
—¿Qué le pasa a mi italiano favorito?— levantó su vista del libro y me miró con esos ojazos negros y una sonrisa ladina.
—Te demoraste mucho en encontrarme, llevo dos horas aquí y ya mi trasero se ha congelado.
—¿Pero cómo supiste que no iba a dar a la primera?
—Te conozco mejor de lo que crees mi diosa de ébano — dijo quejándose mientras se levantaba.
—¿Hiciste todo