BRANDON
—¿Qué pasa? —preguntó Emilia, mientras yo mantenía el teléfono pegado al oído y los ojos fijos en la nada.
Apreté la mandíbula, conteniendo el impulso de gritar. Le hice una seña para que esperara mientras Renata continuaba.
— Marco Leclerc acaba de convocar a la prensa internacional. Acusan a Starlight de fraude mediático y a usted, de manipular contratos y relaciones en el sector. Insinúan que Emilia fue usada como fachada para tapar movimientos ilícitos, y que el escándalo de Olivia fue una cortina de humo para tapar la supuesta compra ilegal de acciones de Darkhole.
Sentí el golpe en el estómago. Emilia se acercó y me rodeó la cintura con los brazos, buscando refugio o tal vez, ofrecerlo.
— ¿Algo más, Renata? —Mi voz salió fría, casi letal.
— Sí, señor. Las redes sociales ya están explotando. Hay periodistas esperando en la entrada del edificio y la cuenta oficial de Darkhole está etiquetando a Starlight y a usted en publicaciones que exigen “una respuesta inmediata”. Y. .