72. Una ilusión muy real
CRYSTAL
Una voz susurra al fondo, dice algo sobre hacerlo rápido. Gritos suenan a lo lejos, el suelo vibra y todo se estremece.
Abro los ojos, encontrándome con una escena que no comprendo en un lugar muy diferente al que recuerdo estar.
Estoy frente a una mujer acostada en una mesa de piedra, sus manos atadas a los lados y sus piernas bien abiertas, mientras varias mujeres de cabellos blancos y celestes mueven instrumentos.
Entre ellas, una destaca; su corona blanca, hecha de escarcha fría, brilla débilmente con la luz que entra a través de las finas cortinas.
—Vayan, deténganlo, hagan lo necesario hasta que el procedimiento termine.
Las otras mujeres salen, dejándola a ella y a la chica amordazada en la mesa.
—Lo que has pedido se ha concedido y ahora es tu turno de pagarme.
Se gira hacia mí y casi caigo hacia atrás al ver nuestro enorme parecido.
Un rugido poderoso llega a nosotras haciéndonos temblar, incluso a esa mujer sin alma que mira por la ventana, apurándose en lo