21. Haciendo lo impensable
EZRA
Salí de aquella maldit4 casa con ella en brazos. Su cuerpo está frío, sus labios pálidos y resecos, su hermoso cabello rojo ahora está completamente apagado.
La rabia que siento es capaz de dejar una devastación tan grande como la misma oscuridad que me posee.
Ver su piel llena de marcas, su espalda vuelta nada, solo me deja una sensación de querer ver sangre, y claro que lo haré.
Me detuve frente a las brujas. Estaban tranquilas, mirándome desafiante, pero por dentro estaban muriendo de miedo. Creen que pueden esconderlo de mí; sin embargo, sin esos collares, ellas no son nada más que huesos y carne.
—Sus órdenes, Alfa.
—Llévenlas a la manada; allá jugaré con ellas un rato.
—Otra cosa que debo informarle es del príncipe Eder. Logramos poner la "distracción" para que no llegue hasta que ya estemos de regreso.
Ahora sí las veía palidecer y, aunque el mismo principito llegara en este momento, era poco lo que podía hacer. Quitarme a Crystal de mis manos no era una opción; es