Después de cenar, Álvaro y Valeria regresaron al hotel.
Siendo Nochebuena, Álvaro había comprado un árbol de Navidad y otros adornos, colocando el árbol en una esquina de la habitación de Valeria y decorándolo con luces de colores.
Por la noche, en el hotel, Álvaro se resistía a irse, pero Valeria lo convenció de que se marchara.
Valeria fue al baño a asearse, y justo entonces, Iliana la llamó por video. Hablando desde la bañera, le dijo que volvería a Amanesca al día siguiente por la tarde.
Cuando terminó su baño, sonó el timbre de la puerta. Era un camarero con una bandeja en la que llevaba una bebida y una manzana roja brillante.
—El señor Moreno me pidió que te lo entregara.
—Gracias, —dijo Valeria, tomando las cosas y cerrando la puerta. La bebida era un delicioso sago con leche de coco.
Justo entonces, Valeria sintió hambre de nuevo. Tras beberse la bebida y dejar el vaso vacío en la barra, sacó sus productos de cuidado de la piel y comenzó a aplicarlos.
De repente, su corazón di