James Blake es un millonario que por años ha pagado para que hombres cacen a unas bestias marinas que de un momento a otro han empezado a aparecer en los mares de la ciudad de Nueva York, aquellos monstruos disfrazados de piel hermosa y cuerpos curvilíneos, aquellos llamados… sirenas. ¿Su objetivo? Exterminarlas a todas. Y bajo su perspectiva el ahora solo quiere a una, a la futura reina del mar; la princesa Kaia. Porque desde que vio aquellos ojos no ha podido dormir bien. Y no lo hará hasta tenerla en su poder. El ha pagado para capturarla, y lo ha conseguido, pero no la ha matado aun. La mantiene como un trofeo viviendo en su gran mansión. ¿Que pretende? ¿Llegar a un acuerdo con la reina del mar usando a su hija? ¿O es que la razón por la cual aquella sirena sigue viva es más complicada que eso? La gente empieza a hablar, y las malas lenguas dicen que el… ¿Se ha enamorado? El gran señor Blake que ha mantenido una reputación de repulsión y asco hacia aquellas bestias… ¿se está doblegando hacia una? ¿Y como reaccionará cuando sepa que durante la luna llena, aquella hermosa sirena de ojos ambarinos que mantiene encerrada le crecen… ¿unas piernas? Obra registrada en safe creative 2110309667816 Prohibida su copia o adaptacion.
Leer másJames Blake no entendía la fascinación de su padre por el mar. ¿Qué podía encontrar de fascinante en ver solo una vista plana en el horizonte, con olas sacudiendo el barco con el único propósito de que devuelvas todo lo que has comido horas antes? Quizás su estómago no lo soportaría por mas tiempo.
—¿Ya vamos a volver? —pregunto aquel pequeño niño a su padre. James aun era muy joven, con una personalidad durmiente, una persona que podía pasar desapercibido en cualquier parte.
—Pronto— dijo este mientras seguía mirando a sus hombres. —¡A babor!
El hubiera querido hablar por si mismo a la tripulación y decirles lo contrario, pero no podía. Hablar en publico con gente que no conocía lo ponía nervioso. Siempre existía la posibilidad de decir algo tonto o fuera de lugar que lo pusiera en ridículo. No le agradaba la idea de ser la burla de alguien más, así que prefirió seguir intentando con su padre.
—Pero mama se enojará si no volvemos a tiempo, —insistió el —ya sabes lo que paso la última vez—era una excusa no tan demasiado terrible, pensó James.
Una sombra de duda surco el rostro de su padre, al parecer, James no era el único que le guardaba mucho respeto a su madre. Después de todo, ella daba miedo enojada.
—Bien. Volveremos.
El mas joven sonríe.
Alguien da la orden gritando más allá del barco y este gira de regreso a casa.
La noche está cayendo, y lo hace demasiado rápido. Durante el trayecto, aquel pequeño se sumerge en un libro dentro de su camarote, ignorando el peligro que se avecinaba.
Afuera, las olas estaban cada vez mas altas, mas fuertes, la fiereza de un mar incontenible. Y esa fue la primera vez que la aparición de las sirenas se hizo presente en la historia de la humanidad. No es que no existieran mitos ya, pero ese dia fue la confirmación de su existencia, el dia que dejaron de ocultarse. El punto de la historia donde la leyenda se vuelve realidad.
—¡La tormenta nos está alcanzando!
Los fuertes vientos empiezan a sacudir el barco, y las olas iban al compás de esta. Nada parecía ceder con ellos. La naturaleza era salvaje, pero lo que se encontraba bajo las aguas lo era aún más.
—Algo se mueve allá abajo…—murmullos de pánico empezaban a llenar el barco, y el desconcierto de toda la tripulación. —¡Hay algo en el agua!
Se sintió un fuerte golpe contra la madera que sacudió todo el barco.
—¡Nos hundimos!— los gritos de pánico ahora eran evidentes.
Algo había logrado hacerle un hueco al barco, y este empezaba a llenarse de agua.
***
James en su cuarto había sentido la sacudida, y se había levantado en pánico. Era normal que en una tormenta el barco se sacudiera, pero esto era diferente, y cuando escucho los gritos sintió su sangre tornarse fría.
—¿Papa?—murmuro a la soledad de su camarote
Iba a salir cuando noto el agua bajo sus pies. Debido a las fuertes sacudidas del barco, el pequeño se tambaleaba de derecha a izquierda sin poder ponerse firmemente en el suelo.
—¡Papa!— grito esta vez asustado, el pánico era evidente en su voz.
Otra sacudida, y el barco se había partido en dos.
El no recuerda el momento exacto en que cayo al agua, solo recuerda el frio, sus pulmones se empezaban a llenar de agua, pataleo desesperado en busca de oxígeno. James no sabia nadar, apenas era un joven de quince años. Tenia tantas preguntas en su mente, ¿Dónde estaba su padre? ¿Qué le había pasado al barco?
Pero a pesar de ser tan joven comprendió que su vida se le estaba escapando de las manos...
« ¿Chocamos contra algo papa?»
« ¿Qué le diremos a mama?»
Pero ¿así es como moriría? En medio del océano, hundido en las misteriosas y profundas aguas del mismo. Mientras sus ojos miraban a la luna que se reflejaba arriba suyo en el cielo…
Alzo la mano como si pudiera alcanzar la luna mientras él se hundía sin poder hacer nada al respecto.
Pero no…
No podía caer en su inconsciencia, aún no. Porque lo noto. Cuando giro su cabeza levemente a su derecha lo vio. Su librero. O al menos un pedazo de este. Justo a su lado, parecía querer elevarse.
« La madera flota » pensó.
Un destello de esperanza. Y en un ultimo acto desesperado de aferrarse a la vida; a su vida, se agarro de el y este se elevo consigo a la superficie.
Durante mucho tiempo, los libros le habían estado salvando la vida, y ahora, de alguna manera, lo estaban volviendo a hacer.
En cuanto su cabeza salió del mar aspiro todo el aire que pudo, y aprecio cada segundo de este. ¿Hay algo más valioso que el aire? Pues al menos en ese momento, no parecía haberlo.
Sus ojos parpadeaban tratando de enfocarlos en algo, a pesar de que las constantes olas volvían a intentar hundirlo.
Su padre…
Su padre…
¿Dónde estaba su padre?
Buscaba algo en particular, pero termino encontrando otra cosa completamente distinta.
El las vio.
Eran mujeres, y vaya que eran muchas, poseían colores de cabellos extraños y hermosos, pero aquella hermosura se fue en cuanto James vio como le enterraban un cuchillo en el corazón a un marinero. El conocía a ese hombre. Se llamaba Hunter. Y su alma se partió en dos cuando noto al cuerpo inerte que sostenía otra sirena en sus brazos.
No…
No su padre…
¿Qué estaba pasando?
El agua lo estaba arrastrando lejos del desastre y lejos de ellas. Después de todo, si el agua no lo mataba, quizás ellas lo harían. Era una noche de tormenta, y las olas salvajes amenazaban con hundirlo de nuevo.
Con sus esperanzas destrozadas, al borde de las lágrimas sintió su alma romperse en dos. El mundo había dejado de tener sentido. ¿Qué importaba si moría, o vivía ahora? En un mundo donde todo lo que conoces ha desaparecido. Su padre había desaparecido. Quizás el también quería desaparecer.
Se aferro a la madera ya casi sin fuerzas, y cuando volvió a alzar la vista noto que unos ojos lo observaban con expresión culpable, y preocupada. Miedo y quizás respeto. ¿respeto de que?
Era una chica, quizás de su misma edad. Con unos ojos ambarinos deslumbrantes, entonces noto su cola, tan dorada como el mismo oro. Sirena. Ellas eran sirenas. Aquellos míticos seres mágicos, pero que bien ahora sabia, que eran reales y letales.
Pero… ¿acaso lo mataría? ¿terminaría el trabajo que el mar no pudo?
Cerro los ojos resignado. A el le hubiera gustado sentir angustia, pero ya no lo hacía. Ya no sentía nada en absoluto.
***
El no supo cuando despertó, o como rayos había llegado hasta la orilla. Solo recuerda haber cerrado los ojos y luego despertar en la playa con un montón de gente asistiéndolo.
Quizás el propio mar lo trajo de regreso a casa, quizás su padre aún seguía cuidando de él, desde donde sea que estuviese ahora.
Él debía creer que las personas que nos dejaban seguían allí en alguna parte, de otro modo ¿Cómo se podía vivir sin la esperanza de que, cuando el fin de nuestras vidas llegase, no existirá un reencuentro?
James extrañaba a su padre, y con el tiempo comprendió que por más que se esforzara no podría hacer sentir mejor a su madre, no podía devolverle algo que el mundo ya les había quitado.
Así que se propuso un par de cosas desde aquel dia.
La primera, es que cambiaría su personalidad, ya no mas chico bueno, o amable, el necesitaba ser fuerte, y proyectarlo, y si para hacerlo tendría que renunciar a sí mismo, él lo haría. jamás dejaría que nadie pasara por encima de el de nuevo.
La segunda, es que asumiría su rol en la familia, y heredaría todos los negocios de su padre colocándose en el puesto de poder que le correspondía. Hasta volverse todo aquello que hoy por hoy no era.
Y la última; es que mataría a cada sirena del mar.
-Bueno, ¿tienes todo listo?Aiden le asiente -no todos los días tu mejor amigo se casa-Y hablando de casamientos, ¿y tu casanova? He visto a la chica con la que estas saliendoAiden enrojece -oh… si, bueno… estamos saliendo claro, y es hermosa, y…James se ríe-No te burles de mi-le reprocha el otro-Disculpa, es solo que, pareces muy enamorado.-Solo digo que me grada bastante ¿ya?- dice – aunque honestamente, también me gustaría tener alguna especie de romance emocionante-¿emocionante?-James- le dice – luchaste contra una reina, hiciste tratos con brujas y magia negra, te transformaste en un tritón, volviste a ser humano. Has vivido toda una gran aventura, y todo por amor.-Kaia lo valía.-Lo se, lo que quiero decir, es que quiero ser tan valiente de amar como tu. No he conocido nunca a nadie que ame como tu. Sacrificaste todo lo que eras, y te lanzaste al vacío sin siquiera saber que sobrevivirías-No se si fue valiente… -confeso -no estaba pensando demasiado cuando hice las cos
Aiden habia pensado que la bruja se habia ido, pero esta regreso.El se hallaba parado encima del barco mirándola desconcertado. -¿Por qué has vuelto? ¿Y James?-El acaba de marcharse -le dijo la pequeña brujaEl se sintió incomodo por su mirada -¿Qué? ¿Qué sucede?- pregunto-Solo quería comprobarlo-¿comprobar que?-Como un humano tan común como tu pudo verme-¿verte? Todos podemos verte. Y que es eso de ¿común?- pregunto indignadoElla niega – no. No todos son capaces de hacerlo. Nadie ve mas allá del glamour-¿Que quieres decir?-Todos ven lo que quieren ver. -explica -Tu me ves como soy. La capacidad de ver la verdad-¿una pequeña sirena?Esta niega -no lo entenderías. Solo quise venir a descubrir porque tu eras diferente.-…-Y por eso te daré un regalo.-No quiero ser grosero pero, ¿un regalo de un bruja? eso no suena bien para mi- te puedo conceder que estarás a salvo de la tormenta.-¿a salvo? ¿Por qué harías eso?-Es difícil coincidir en la vida con personas capaces de ver a
James la habia matado, y se habia convertido oficialmente, en el asesino de sirenas.-¿James?La voz de Kaia se filtro en su cabeza, y cuando volteo a verla la abrazo feliz de haberla a salvo, satisfecho y sumamente aliviado. Estaba con ella, en su mundo o afuera, daba igual el resultado; estaba con ella***-¿Te encuentras bien?-Estoy mejor, gracias a ti- le sonrió KaitoTeles le asintió, cuando todos vieron descender a su princesaMuchos habían alcanzado a ver el espectáculo que los tres habían dado.-Lo lograste…- murmuro ellaKaia asintió aun algo desorientada, entonces miro al muchacho frente a ella. -con que tu eres Kaito- dijo ellaEl chico de ojos azules la observo largamente-supongo que te debo las gracias… por haber venido hasta mi reino a ayudarnos-No me debes nada. No hecho nada por este reino. Y mis acciones nunca fueron altruistas.-¡Kaito!- le reprendió TelesEste se encogió de hombros, pero aun así, habia sido sincero-En ese caso, gracias a …-miro a Teles – a quien
La luna de sangre habia llegado a su máximo esplendor, y habia cubierto por completo a la luna. Y Ula pudo sentir mas magia de la que nunca habia sentido antes.El océano parecía temblar con su poder, y ahora mismo la marea estaba subiendo en todas partes del mundo.Por el contrario, Kaia también lo sentía.-No eres la única que crece con ella-murmuro en un susurro que nadie oyó.Cuando Kaia alzo la mano su magia, dorada y brillante salió despedida hacia ella.Ula cayo por el impacto, habia estado distraída, pero Kaia podía empezar a notar como la magia de Ula se iba mezclando, dorada y oscura. Oscura y dorada.Que miedo daba. Honestamente, daba mucho miedo.Sus ojos pasaban del dorado al rojo, y del rojo al dorado de forma casi intermitente, mientras el humo negro salía despedida de su cuerpo, al igual que destellos de luz-¿Crees que puedes destruir a la reina?Kaia negó – tu te estas destruyendo sola. Mírate, tu alma ya no sabe ni que forma mismo tomar. Estas tan confundida como tu
¿Por qué no le sorprendía? precisamente se esperaría que Teles hiciera algo así de estúpido y valienteMaldita sea su sentido de justicia, y altruismo.Kaito podría haberlos dejado fácilmente morir a todos, pero no hubiera dejado morir a Teles.El y sus tropas se encaminaron a la corte dorada-¿tu no vienes sirena?Jaladi negó – tengo alguien mas a quien debo proteger ahora mismo-Entonces ve- contesto Kaito con simpleza dándole la espaldaJaladi examino al muchacho, siempre le habia tenido tanto miedo que nunca pudo haber visto mas allá de aquellos ojos y sonrisa cruel, Kaito era joven, quizás demasiado joven ¿Cuánto tendría? ¿18 apenas? Pero siempre al ver su comportamiento y su inteligencia era fácil ignorar aquella realidad. El parecía estar por encima de muchos. El inspiraba miedo. Y mas de una bestia marina se apastraba a sus pies.Si esta ventaja que les dio Jaladi no les serbia para ganar esta guerra, quizás esta estuvo perdida desde el inicio.« Tu puedes Kaia. Nada mas rápi
-¡James! La tormenta esta muy fuerte. Empeorara antes de que mejore-Continua, vamos a lograrloEl barco se tambaleaba-¡¿Qué?! ¡No logro escucharte!Las olas movían aquel barco como si fuera fácilmente hecho papel-¡No te detengas!James se asomaba al barandal-¡No tan cerca podrías caer! ¡Todo esta mojado! ¡Cuidado resbalas!-¡No lo hare!- entonces sus ojos azules se fijaron en el mar -¡Bruja! ¡Gran bruja del mar! ¡Te necesito! ¡Estoy dispuesto a hacer un trato!- y repetía esto tal y como lo habia hecho las anteriores veces.Aiden hacia manubrios con el timón tratando de mantener en equilibrio el barco. -¡No esta aquí! ¡Gira el barco! ¡Sigue en esa dirección!- señalo JamesAiden obedecía, era increíble que James no se hubiera congelado ya, la ultima vez el recuerdo de su pasado ya lo habria paralizado.Al ver hacia el mar, y su fuerza, el dudo mucho que aquella bruja del mar siquiera apareciese, pero… se equivoco.En todos los mitos y leyendas, existe algo de verdad, y existe un l
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