Capítulo 4.3: Piezas necesarias.
Sin decir nada más, Anna asintió, si limpió el rostro y apresuró el paso en dirección a la oficina de Arioch, la cual, se encontraba por el camino opuesto a la de Zeth.
Al llegar, la joven inspiró profundamente y clavó sus ojos en Nero.
―Estoy lista ―masculló
Tras asentir, Nero llamó a la puerta un par de veces, y tras recibir el permiso de Arioch, el joven abrió la puerta para Anna.
Apegándose a su papel, Anna adoptó una actitud ligeramente sumisa y se acercó al escritorio.
―Su excelencia ―dijo Anna dedicándole una pequeña reverencia
― ¿Por qué no me lo habías dicho? ―le preguntó Arioch a Zeth, quien se levantaba de su silla para cedérsela a Anna
―Yo… Quería rechazarla ―dijo Zeth con voz queda ―Este lugar no es para ella ―
― ¿A qué te refieres? ―preguntó Arioch clavando sus ojos en Anna, quien agachó la mirada
―Papá, Anya es una chica amable y de corazón noble, este lugar, está lleno de tantas cosas turbias gracias a Mendel, sin mencionar las intrigas y las envidias que las propias c