Capítulo 3.5: El consejo.
Cuando la mujer asintió, Dona y Melba la ayudaron a ponerse de pie antes de guiarla a la cocina, dejando solos a los jóvenes, quienes parecían tener demasiadas emociones contenidas.
―No puedo creerlo ―gruñó una muy indignada Anna cuando las mujeres desaparecieron tras la nueva puerta de la cocina
―Ese tal Samael está muy mal de la cabeza ―masculló Lysander
―Pese a lo que nos contó y a lo que vivió, la señora Dasha parece estar muy segura de que Arioch jamás la traicionó, pero su estado de salud dice otra cosa… ―susurró Dante ―Me pregunto, ¿qué diablos pasó realmente en Interlunio? ―
―Creo que muy pronto lo sabremos ―dijo Jared señalando con la cabeza el exterior del café, donde un lujoso auto de color negro se detenía frente a ellos
― ¿Abuelo? ―preguntó Nero poniéndose de pie al igual que Gino al ver que Eros bajaba del lado del copiloto antes de dirigirse hacia la entrada
―Hola, buenas tardes ―dijo Eros en voz alta, saludando a todos aquellos que se encontraban en el local
―Hol