Capítulo 28.3: Anna y Marco.
Alastor, en compañía de sus padres tanto biológicos como adoptivos, se permitió por primera vez comportarse en público como el cachorro que nunca fue. En los juegos de destreza, jugó contra su hermana, y cuando esta lo vencía, el alfa se permitía hacer un puchero que hacía reír a todos.
Anna, por su parte, optó por cambiar sus planes de pasear junto a sus amigos y permaneció cerca de su padre, pues el espectáculo que estaba dando, era algo que tendría que contarle a su madre con lujo de detalle más tarde esa noche.
Dante, dejando las preocupaciones a un lado, se permitió olvidarse de todo y disfrutar de la compañía de sus seres queridos, lo que, inesperadamente, incluía a Bruno.
El pianista, pese a toda la carga emocional que había acumulado durante el día, rió como el que más al ver cómo la familia real se comportaba como una familia común. Luchaban por los postres, se gastaban bromas entre ellos, e incluso, hacían pequeñas alianzas para molestarse entre sí.
En más de una ocasión, Ke