Capítulo 12: Lancelot Nicolaou.
Mientras que Arsen, Eleonor y Apolo se preparaban para desayunar, en las afueras del norte de Arcadia, justo frente a un pequeño edificio de aspecto pulcro, Anna y Máximus observaban como los lobos que habían sido convocados como testigos comenzaban a entrar a aquel recinto.
En su mayoría, eran criados y soldados que habían servido a Máximus, aunque también habían sido invitados los alfas que se habían unido a Alastor en su batalla por el reino, incluyendo, algunos lobos de su propia manada y, por su puesto, sus padres, Nora y Adriano.
―Max, estamos todos―dijo Eros, quien salió del edificio siendo seguido por Nero, quien, a su vez, palomeaba un nombre en una lista que llevaba en sus manos
―Gracias, Eros ―murmuró Máximus
― ¿Qué sucede abuelo? ―preguntó Anna cuando Máximus suspiró con pesadez ― ¿Estás bien? ―
―Pronto lo estaré pequeña ―dijo Máximus, cuya mirada, se mantenía fija en el palacio ―Por fin ha llegado la hora de que Interlunio revele sus más profundos secretos ―
― ¿Qué crees