— ¡¿Escucharon eso?! — preguntó Elena, mirando a Hiro, quien descansaba junto a Roland, Sam y Ahir. Todos se encontraban extremadamente cansados por estar golpeando la barrera. Se necesitaban golpes fuertes, y esto los mantenía agotados, incluyendo a Elena, quien se había unido a ellos.
— ¿Qué escuchaste? — preguntó Roland.
— Como si algo hubiera caído — mencionó Elena.
Hiro, quien se encontraba alejado, se levantó y se acercó a la barrera. Cerró los ojos, agudizando su sentido de la audición y, unos segundos después, logró escuchar un fuerte estruendo.
— Sí, hay movimiento — afirmó, provocando que los presentes se levantaran de golpe y se acercaran junto a él. — ¡KOGAN! — gritó Hiro inmediatamente, más tranquilo, pero con preocupación evidente por Cristal. No obstante, Kogan no lo escuchaba al tener sus sentidos inestables.
— ¿Habrá sido la luna? — preguntó Sam con voz débil al no recibir alguna respuesta.
— No lo creo — respondió Roland. — Es Kogan, puedo percibirlo, pero no logro en