Capítulo 32. Deudas del pasado.

El escape bien planeado seguía en pie, pero finalmente fue innecesario. Francisco nos dejó ir después de la larga conversación que tuvimos sobre el tema, Sofía le comentó que le agradecería mucho que la dejara regresar a la casa y que no la persiguiera, si él cumplía con sus requerimientos, se haría la prueba sin necesidad de que él la obligara. Pensé que Sofía no ganaría esa batalla, pero lo logró finalmente. Regresamos a la casa destruida y en ruinas que los bastardos amigos de Francisco me habían dejado como regalo por haber cuidado de Sofía por mucho tiempo. El lugar era inhabitable, no había ni un solo mueble que estuviera en condiciones de ser usado. Ya ni siquiera podía contar con Denis y Jamilet, me seguía a donde yo fuera. Así que decidí llamar a mis contactos y conseguir una nueva casa, aún tenía algunas pro

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