Capitulo 4

¿Ella lo odia tanto? ¿Incluso al punto de abrir un restaurante y colocar un mensaje subliminal excluyéndolo? Esta cien por ciento seguro de que se refiere a él, no ha viajado a New York en seis años.

Él, es su esposo después de todo, ¿no es así? Incluso después de seis años de separación…

Pensando esto, un estallido de ira se desbordó en su pecho, Matías entrecerró los ojos y miro con desdén las deslumbrantes cajas y ramos de rosas que ocupan mucho espacio en la entrada de la tienda.

Todos estos son de ese maldito Iván Samkov, ¿verdad? ¿Está luciéndose?

― ¿No crees que estas cosas ocupan mucho espacio? ― no pudo evitar estirar una pierna y patear una caja de regalo.

Anastasia miró su comportamiento casi infantil y quedo atónita.

―Ehh… cuando regrese el personal, les pediré que los lleven a mi auto.

― ¿A tu auto? ― él se giró para mirarla ― ¿Quieres decir que conservaras todas estás…— Él las miró como si pudiera incinerarlas —… cosas?

―Sí, son para mí, ¿no?, naturalmente las conservaré.

― ¿Te gustan estos regalos?

―Bueno… ¿Por qué no debería?

Al ver que ella los aceptaba de buena gana, Matías estaba a punto de volverse loco, furioso de rabia, ardiendo desde su pecho hasta el que sus ojos llamearan ― ¿No entiendes lo que los hombres quieren decir al dar estos regalos? Es solo un cumpleaños, pero parece que compro todas las plantaciones de rosas de Alemania para ti. ¿Qué crees que quiere hacer?

― ¿Qué es lo que quiere hacer? ¿Eso es siquiera una pregunta, Matías?

Anastasia parpadeó confundida.

Matías casi se asfixió con su propia saliva y de repente se dio cuenta de que estaba haciendo una pregunta ridícula ¿Cuál es la intención de Iván? ¿Cómo podría no entender? Solo porque lo entendió muy bien, le envió avisos de divorcio uno tras otro.

El que no entiende es él, el que hace bromas como un payaso, ¡Es él!

El cerro los ojos, respiro hondo, muy profundamente de sus pulmones, suprimió el resentimiento en su pecho y no dejo nada más que indiferencia.

Se acercó a ella y la enfrento al otro lado de la barra ― ¿Crees que todo es muy fácil?

Las palabras cayeron susurradas entre dientes.

Ella frunció el ceño ― ¿Qué quieres decir?

Levanto los labios falsamente ― ¿Por qué crees que volví?

― ¿No es para divorciarte de mí?

― ¿Quién lo dice?

Anastasia se sorprendió y casi tiro la copa de Martini, bajo las manos, y las escondió en silencio, en lugar donde él no pudiera ver su nerviosismo.

―No entiendo lo que quieres decir ― susurro con cautela, sin dejar que el tono de su voz revelara ningún altibajo emocional.― ¿No… no vas a divorciarte de mí?

― ¿Quién dijo que no lo haría? ― tarareo ― No ponga palabras en mi boca, señora Preston, a lo largo de los años, he estado ansioso por finalizar esta relación.

― ¿De verdad?

Su corazón se hundió y sus ojos se oscurecieron por un momento, pero, aun así, se las arreglo para mantener su expresión tranquila para que él no la viera temblar.

― En ese caso, podemos realizar los trámites de inmediato e ir a la oficina de mi abogado mañana, ¿qué te parece?

―Desafortunadamente, no podré hacerlo en los próximos días ― dijo con arrogancia

Ella se sobresaltó ― ¿Qué quieres decir con eso?

―Que no estaré, no haremos el papeleo en un corto plazo.

Ella estaba empezando a enfadarse. ¿Está jugando con ella a propósito?

― ¿No dices que quieres terminar esta relación cuanto antes? ¿Qué pretendes?

―Me encantaría, pero no por ahora.

― ¿No por ahora? ¿Estás escuchándote?

Él no respondió de inmediato, se inclinó, la miro de arriba abajo con ojos presuntuosos, e incluso groseramente se quedó mirando sus pechos, ese día llevaba un traje de negocios y su escote estaba ligeramente abierto.

De repente sintió una extraña vergüenza, y su corazón era como una mariposa que revoloteaba libremente, retrocedió inconscientemente.

― ¿Me tienes miedo? ― los labios de Matías se torcieron en una media sonrisa ― Haces bien. Anastasia, ¿crees que te pondré las cosas fáciles para obtener el divorcio y que todo se hará cuando tú lo ordenes? ¿No lo recuerdas? Quise divorciarme en ese entonces, pero me suplicaste que no lo hiciera.

Sí, efectivamente fue ella quien le suplico encarecidamente que le diera más tiempo y que no se divorciaran tan rápido.

Anastasia entrecerró los ojos con cautela. ― ¿Qué quieres? Habla de una vez.

―Bueno cariño, ahora quieres que me divorcie ― él sonrió con frialdad, agarro su pequeña barbilla con su mano y la acaricio ligeramente ― Pero antes, quiero que juegues según las reglas de mi juego…

Le dijo que la empresa para la cual trabaja está a punto de abrir una nueva sede en New York, a cargo de los negocios relacionados en New York, Boston y Detroit, él es uno de los candidatos para ser el gerente general de esta sucursal.

El otro candidato es unos años mayor que él. Aunque su habilidad no es tan buena como la suya, sus calificaciones son mejores que las de él. Más importante aún, tiene una esposa y un hijo, y una familia feliz a la que todos admiran.

―Nuestra junta directiva tiene la extraña percepción de que los ejecutivos casados son más estables, y cuanto apoyo puede brindar la familia, es a menudo el centro de su consideración al seleccionar candidatos para altos cargos.

― ¿Entonces quieres decir que un divorcio te hará perder puntaje cuando compitas por el puesto de gerente general?

―Exacto, querida, no solo no puedo divorciarme, sino que también tengo que demostrar que mi esposa puede sumar puntos a mi carrera.

―. ¿Hablas en serio ¿Desde cuándo una esposa es relevante en las decisiones de una transnacional?

¿Quieres que crea que necesitas mi ayuda para crear una ilusión, fingiendo que tienes una familia feliz, una esposa virtuosa y capaz, que puede mantener a esta familia por él, para que él pueda acelerar su carrera?

—Tú lo has dicho — sonrió con cinismo.

― ¿No son un grupo transnacional? ¿Por qué las opiniones de los ejecutivos son tan conservadoras?

― ¿No lo sabes? De hecho, nosotros los estadounidenses le damos gran importancia a la familia, especialmente aquellas personas de clase alta que dicen ser familias famosas.

― ¿Cuánto tiempo le toma a tu empresa decidir si te seleccionan como gerente general de la sucursal?

―Bueno… Umm… tomará un mes aproximadamente.

—¡¿Un mes?!

―Si ¡Así que este mes, tú cumplirás con los compromisos como mi esposa! ― anuncio descaradamente.

Luego, aún más descaradamente, insistió en mudarse a su casa.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo