― ¡¿Qué demonios está pasando?!
En la puerta trasera del restaurante, en el callejón oscuro y silencioso, Iván confronto enojado a Anastasia, ella frunció las cejas, parada debajo de la farola, y aceptó en silencio su reprimenda.
―¡Habla! ¿Qué está pasando? Ese hombre no es tu hermano, ¿verdad? ¡¿Resulta que has cancelado mi cita tres veces, solo para estar con él?!
― ¡No! No es lo que piensas. Lo acompañé en algunas ocasiones, pero las cosas… No son lo que crees.
― ¿No? ¿Y, cómo son? A ver ilumíname. ― Iván por primera vez estaba siendo agresivo, camino hacia ella y la miro directamente ―¿Te atreves a negar lo que acabo de ver? ¡Lo vi besarte, y no te negaste! ¡Maldita sea!
―Lo abofeteé…
―Sí, pero lo disfrutaste primero y luego lo golpeaste, ¿supones que eso encubrirá el hecho de que le permitiste besarte?
― ¡El beso fue un maldito juego! Luego lo golpee cuando la naturaleza del beso cambio.
― Pudiste negarte. ¿Por qué no lo rechazaste? ― dijo finalmente Iván.
¿Por qué no lo