71. Te necesito conmigo.
Él me mira con esos ojos oscuros y penetrantes, su mandíbula apretada. Siempre tan controlado, pero a punto de explotar. Puedo sentir su energía desde aquí, como un animal acorralado.
—¿Cuánto más tengo que esperar? —pregunta, su tono áspero, mientras sigue mirando a Tinna, aunque es obvio que su mente está en otra parte.
—Solo un poco más —respondo, inclinándome hacia él, suavizando mi voz—. Ortega está cerca, y si te mueves ahora, lo perderemos. Si quieres destruir al Lobo y a todos sus hombres, tienes que dejar que Alejandro se acerque lo suficiente para que podamos atraparlo. Si matas al Lobo antes de tiempo, Ortega tomará el control de todo. Y lo sabes.
Vicente cierra los ojos por un segundo, luchando contra su impulso de actuar. Es un hombre acostumbrado a la acción, no a la espera, y eso me ha puesto en más de una situación peligrosa antes.
—Te necesito conmigo en esto, Vicente —añado, tocándole suavemente la mano—. Este es nuestro momento. Tu momento. Pero solo si juegas bien.