¿Pero a dónde se lo habían llevado? ¿Por qué no permitieron que Rubí acompañara a Ariel? nadie absolutamente nadie daba razón alguna de Ariel, ni Alejandra ni el Duque, ni nadie de los guardias de seguridad brindaban esa información sobre Ariel.

Aunque Alejandra se quedó con Rubí para consolarla para evitar que cometiera cualquier locura, lamentablemente Rubí encendió ese deseo de marcharse a buscar a David y vengar lo que parecía la muerte de Ariel.

— ¡Déjame Alejandra! David pagara con su carne lo que le ha hecho a Ariel, voy a desgarrar su corazón hasta saciarme de su sangre.

— ¡No puedo dejar que te marches Rubí! Es una completa locura lo que piensas hacer en este momento, lo mejor es que descanses y nos marchemos a la finca con el Duque.

Rubí no se tranquilizaba en lo absoluto, por lo que Alejandra le inyecto un tranquilizante para que descansara y de esa manera lograr transportarla a la mansión del Duque para descubrir el estado en el que se encontraba Ariel.

Posiblemente la esp