Parte I: Capítulo 10.3

La mañana les despertó gentilmente asomando los escasos rayos de sol por la ventana que habían olvidado cerrar. Los ojos del mayor se abrieron trabajosamente, intentando no maldecir como acostumbraba al verse despierto por los cálidos rayos de luz. Le eran agradables, pero no soportaba el despertar de esa manera. Se movió un poco, pero al sentir el peso de Vlad sobre su pecho se detuvo. Le observó detalladamente, perdiéndose en los labios sonrosados que el menor mantenía entreabiertos y su rostro que simulaba estar hecho de porcelana: tan blanco, tan suave y delicado... tan frágil que era todo él.

Era frágil y delicado, como una rosa de esas que tanto le gustaba apreciar. Y él se sentía con el deber de protegerlo a toda costa. No dejaría que nada le afectara; no permitiría que alguien le dañara siquiera con el pensamiento. Lástima que no podía leer ni

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo