28. Plan de Secuestro
Laura no quería escuchar las palabras de Dalton, palabras que siempre usaba como arma, afirmando que él era quien le había quitado su pureza. No quería que Dafe escuchara eso nunca.
“Eres increíble, Dafe. Desde el principio, siempre has sido tú quien se ha interpuesto en el camino de mi felicidad. ¡Toma esto…!”
Dalton levantó el puño.
“¡Detente, Dalton! Si quieres golpear a alguien, entonces golpéame a mí, ¡no a Dafe!”
Al ver lo que Laura hizo para defenderlo, Dafe sonrió victorioso mientras miraba a Dalton.
“Bien. Tal vez necesites tiempo para pensar. Te daré eso. Y cuando estés lista, solo llámame, iré a recogerte”.
Dalton se vio obligado a retroceder por ahora, pero estaba seguro de que Laura no podría escapar de su alcance tan fácilmente.
“¡Siéntete libre de esperar hasta que seas viejo, porque me aseguraré de que Laura nunca te contacte de nuevo!”, gritó Dafe mientras Dalton salía de la casa.
Al ver a Dalton alejarse, Laura sintió un dolor agudo en el pecho. Pase lo que pase, una