13. Dalton contra Eduardo
"Perdón, ¿qué dijiste, Angie?"
Dafe giró lentamente, lanzando una mirada de reojo a la mujer a su lado. Una leve sonrisa, ilegible, se dibujó en sus labios. Su tono era ligero, pero había un filo agudo debajo.
"¿No es un poco pronto para hablar de asuntos personales? Y... espera... ¿estás interesada en mí?"
Por un momento, el silencio se instaló dentro del coche, que se deslizaba suavemente por la carretera crepuscular. Entonces, los labios de Dafe se curvaron hacia arriba.
"Vaya. Resulta que eres más audaz de lo que pensaba, Angie".
Su risa rompió la quietud, no fuerte, pero lo suficiente como para hacer que las mejillas de Angie se enrojecieran de calor. Giró su cara hacia la ventana, conteniendo la respiración. Su corazón latía erráticamente, y la vergüenza tensó todo su cuerpo.
Oh Dios... maldijo en silencio.
"No quise decir eso", dijo finalmente, tropezando con sus palabras. "No sé por qué dije eso. Solo olvídalo, Dafe. Yo... yo solo estaba..."
Dafe la miró con una expresión amab